El tiempo que tienen esperando por la rehabilitación de las calles es demasiado; los vecinos de Brisas del Obelisco, en la parroquia Juan de Villegas, se lamentan por la desatención de las autoridades. Se trata de una comunidad muy antigua, emblemática de la zona oeste, sin embargo, no vale este mérito para mejorar su apariencia.
Luzmila Toledo, miembro del consejo comunal, declaró que las solicitudes ante la Empresa Municipal de Infraestructura y Conservación del Ambiente (Emica) ya fueron hechas, desde hace muchos años, sólo que “ningún Alcalde se ha dignado a ayudarnos, las calles están peores”.
Los huecos están por doquier, dificultando el paso de los carros particulares, del transporte público, incluso, ocasionando molestias a los transeúntes. En este sentido, levantan su voz nuevamente a fin de que la Alcaldía de Iribarren invierta lo necesario para reparar la capa asfáltica, de lo contrario, la problemática empeorará.
“El alcalde Alfredo Ramos, debe venir a la comunidad y constatar por sí mismo, el deplorable estado de las vías, sobre todo, en el sector El Bajío; estamos cansados de enviar cartas a Emica, sin recibir respuestas positivas”, añadió la dirigente vecinal.
Explica que además de la falta de mantenimiento, los cráteres se tornan peor debido a las filtraciones de las tuberías de aguas blancas, bastante deterioradas: “ya se cumplió la vida útil de las tuberías y, en diferentes tramos, se evidencian los pozos”.
El aseo urbano no pasa
Por otro lado, los residentes se quejan de las fallas en la recolección de la basura. Generalmente, los compactadores recorrían Brisas del Obelisco, interdiario, pero desde hace unos meses no cumplen con el servicio.
Las consecuencias son olores desagradables, emanados de las bolsas y/o recipientes con desperdicios, moscas, roedores, en fin, una terrible insalubridad.
De hecho, los vecinos se ven en la necesidad de sacar las bolsas con desechos hasta la vía principal, acumulándolas en las esquinas, para evitar que la contaminación se instale en sus casas.
El hampa los afecta
Asimismo, se muestran preocupados por los niveles de inseguridad; a diario se cometen asaltos a mano armada, perjudicando la tranquilidad de los residentes. Los patrullajes ocurren pero sólo una o dos veces por semana, insuficiente para brindar protección a todo el sector.
También en las unidades del transporte público que circulan por la comunidad, suben los delincuentes para despojar a los pasajeros de teléfonos celulares, dinero, entre otros objetos de valor.
Solicitan la cooperación de la Guardia Nacional Bolivariana a fin de que instale un módulo o centro de protección.