Saed Masri huyó el viernes de otro bombardeo israelí contra Gaza llevando en brazos a su bebita, pero temía que ni siquiera una instalación de Naciones Unidas pudiera proteger a su familia.
Tres horas después del fin del alto el fuego de tres días entre Israel y el movimiento islamista Hamas, el barrio fue bombardeado y un misil cayó sobre un edificio frente a su apartamento en Jabaliya, donde Masri se encontraba con sus familiares.
«Estábamos en Beit Hanun y nos quedamos allí durante la guerra y los bombardeos, así que después vine a quedarme aquí con mis primos», dice Masri mientras avanza con dificultad por la calle, seguido por su familia.
No era más que un pequeño cohete disparado por un avión teleguiado destinado a advertir a los vecinos que debían partir, dijeron los habitantes.
El proyectil destrozó el techo del edificio sin dejar víctimas, pero una ambulancia estaba estacionada en la esquina en caso de que fuera seguido por otros ataques.
Masri obedeció inmediatamente al mensaje, empacó algunos alimentos en bolsas plásticas, reunió a su esposa y a sus cinco hijos y partió a pie en busca de un lugar seguro.
Sus ojos iban del edificio que acababa de sufrir el impacto a su hija, que permanecía silenciosa en sus brazos, y los otros cuatro niños pegados a sus piernas.
Quería buscar refugio en una escuela administrada por la ONU para que su familia estuviera segura, pero tenía pocas esperanzas de que les garantizara protección.
«Las escuelas tampoco son seguras, ellos disparan contra las escuelas», afirmó.
Al menos 153 escuelas de Gaza, incluyendo las 90 administradas por la ONU, sufrieron daños debido a ataques aéreos o a disparos de artillería israelíes durante el conflicto, según la UNICEF (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia).
Tres de esos ataques, lanzados por Israel tras el inicio de la operación «Barrera Protectora» el 8 de julio, dejaron numerosas víctimas y provocaron indignación internacional.
«¿Por qué el mundo sigue durmiendo, por qué? Toman como blanco a mujeres y niños y el mundo duerme», clama Masri.