Hay un rubro en los que los Mets ya batieron un récord sin haber comenzado la temporada de Grandes Ligas: recorte de gastos.
La nómina del equipo de Nueva York debe rondar entre los 90 y 95 millones de dólares este año. Una cifra respetable, que muchos otros equipos quisieran tener a su disposición, pero hay que considerar que la reducción es demasiado pronunciada para un equipo en el mercado más importante del béisbol.
Un cálculo conservador apunta a casi 53 millones menos en salarios, el tijerazo más fuerte que un equipo haya hecho de su presupuesto de una campaña a la otra.
Luego que dejaron que José Reyes se fuera a Miami sin hacerle una oferta concreta, el agente Scott Boras se burló al decir que los Mets ya no compran en la sección de carnes del mercado, sino en la de los vegetales.
Asfixiados por problemas económicos y con niveles de concurrencia a su estadio en picada, los Mets encaran otra campaña sombría.
Apretándose el cinturón:
Con foja de 77-85, la mediocre temporada de 2011 fue básicamente un año perdido, en el que el objetivo no declarado era dejar que los meses pasaran para salirse de abultados contratos, como los de Reyes, Carlos Beltrán, Francisco Rodríguez, Oliver Pérez y Luis Castillo.
La verdad es que hacerlo era un mal necesario, pero lo peor es que el patrón seguirá en 2012.
Y no importa el nivel de arraigo popular que un jugador pueda tener.
Todo el talento y carisma de Reyes no sirvieron ante la fobia que los Mets le han tomado a los contratos de largo plazo.
Ofuscado por las recriminaciones sobre la impasividad para retener a Reyes, el gerente Sandy Alderson indicó que a lo mejor debieron haberle enviado una caja de chocolates al torpedero dominicano como un gesto amistoso antes que aceptara una oferta de los Marlins de Miami, sus rivales de división.
Si Reyes se la pasó todo el año pasado esquivando preguntas sobre su futuro, el turno ahora le corresponderá al tercera base David Wright, otro jugador popular. ¿Será mejor canjearlo por prospectos en vez de ejercer una opción de 16 millones al final de esta temporada?
Paciencia hasta 2014:
También se mueren de ganas para que expiren los dos años que quedan en los contratos de Johan Santana, un pitcher abridor que hasta ahora llevaba 18 meses sin lanzar tras operarse el hombro izquierdo, y Jason Bay, un bateador cuyo poder se extinguió al llegar al Citi Field. Entre los dos cobrarán 40 millones.
En 2014 esperan tener más flexibilidad de dinero y apuestan a que entonces estén listos sus promisorios lanzadores Matt Harvey, Jeurys Familia y Zack Wheeler.
Pero ahora todo apunta a una cuarta temporada consecutiva con más derrotas que victorias y hasta un último lugar es casi inevitable en la división Este de la Liga Nacional.
Los Filis de Filadelfia no deben aflojar en su intento por ganar un sexto banderín en fila; los Bravos de Atlanta quedaron fuera de los playoffs tras un pésimo septiembre; y los Marlins y Nacionales de Washington se han reforzado con todo.
La inversión más cara del equipo fue la contratación del cerrador Frank Francisco por 12 millones y dos campañas, el único jugador que llegó con un contrato multianual.
Ante el pesimismo, Alderson ha mostrado buen humor cuando abrió una cuenta en Twitter en la bromeó sobre la situación económica del club al decir que haría una colecta para poder pagar el costo de la gasolina de su viaje en auto a la sede de pretemporada en la Florida.
El manager Terry Collins tendrá que hacer un trabajo de motivación extraordinario para que el equipo no se derrumbe.
Collins suele recordar que las expectativas del año pasado también estaban por el suelo, pero los Mets llegaron a estar sobre .500 en agosto.
Su mensaje a los jugadores es que no deben dejarse llevar por los pronósticos agoreros: »Lo que quiero que estos muchachos entiendan es que aquí no se acepta el que se diga que somos malos. Eso no lo voy a tolerar».
Buscando jonrones con dimensiones chicas:
Quizás el cambio más importante que pueda incidir en la suerte del equipo es el ajuste de las dimensiones del estadio, en el que se acercaron los muros.
Los Mets confían que el rediseño permitirá a sus bateadores producir más jonrones, luego de quedar 13ros en la liga con 108. Esto ayudaría a gente como Wright (14 vuelacercas en 2011, nueve fuera de casa) y el jardinero izquierdo Bay (18 en los últimos dos años tras dar 36 en 2009 con Boston).
Si ambos logran recuperar su potencia, más la presencia del inicialista Ike Davis y el intermedista Daniel Murphy, los Mets deben generar una buena ofensiva. También cuentan con Lucas Duda para el bosque derecho y con Josh Thole como receptor.
El jardinero central Andrés Torres será el encargado de reemplazar el dinamismo de Reyes como primer bate, mientras que Rubén Tejada cubrirá el puesto de torpedero.
Con apenas 21 años, el panameño Tejada podría abrumarse con semejante desafío. Pero hay un dato a tomar en cuenta. Su porcentaje de embasado en 2011 fue de .360, una cifra muy superior a la que Reyes logró al mismo tiempo de trayectoria.
En cuanto a la rotación, todo depende del hombro de Santana y que pueda tener el mismo nivel de sus tres primeros años en Nueva York.
Los antecedentes de pitchers que han sufrido su lesión no son alentadores. ¿Alguien se acuerda de Mark Prior?
Si el as venezolano se demora en su rehabilitación, el nudillero R.A.
Dickey quedaría como el primero, adelante de Mike Pelfrey, Jon Niese y Dillon Gee. Estos quizás terminarán maldiciendo las nuevas dimensiones del estadio. Los pitchers de Nueva York quedaron 12dos entre 16 equipos de la liga en jonrones permitidos en casa.
Santana tiene un mensaje a los aficionados: »Tienen que ser positivos … estamos mejorando y vamos a divertirnos y ganar una buena cantidad de juegos».
Fotos: AP/Archivo