Vulnerabilidad económica

El año 2008 estuvo marcado por la crisis financiera que como un efecto dominó pasó del mercado inmobiliario en los Estados Unidos a expandirse por todo el sistema económico mundial. Su efecto directo sobre Venezuela se dio vía los precios del petróleo, cuyo valor anual promedio cayó en casi 40% para el año siguiente. Esto se tradujo en una caída de los ingresos de la economía venezolana por el orden del 15%. Para lograr este efecto “suave” sobre la economía, el gobierno recurrió a un mayor endeudamiento y al uso de parte de las reservas internacionales disponibles.
Lo que llama la atención del contexto anterior, es que si bien en el año 2011 los precios del petróleo ya se habían recuperado e inclusive superado su nivel anterior, mientras que los ingresos también se habían recuperado en alrededor 15%, continuó el endeudamiento y caída de las reservas internacionales. Esto quiere decir que para el año 2011 en teoría la economía se había nivelado, y sin embargo la deuda pasó de 14 puntos del PIB en el 2008 a 27,5 puntos del PIB en el 2012, mientras que las reservas internacionales cayeron en poco más del 50% durante el mismo período.
Lo anterior muestra la gran vulnerabilidad de la economía venezolana a los shocks externos, en especial de los precios del petróleo. Esto es delicado en tanto que los ingresos del petróleo son al final de cuentas el pulmón financiero de las políticas sociales del Gobierno, de hecho, entre 2008 y 2012 la tendencia decreciente de la pobreza y la indigencia se revirtió y durante ese período mantuvo tasas crecientes. Lo anterior indica que el modelo actual venezolano, en lo económico y lo social, transita una senda muy delicada en tanto que depende en gran medida de los altos precios petroleros.
Sobre la base de lo anterior vale hacerse interrogantes acerca de la sustentabilidad de un sistema basado en los precios de un commodity, los cuales por definición son inestables (e impredecibles) en el tiempo. Más aún cuando por un lado todo parece indicar que, más allá de las intenciones de aumentar la producción nacional de bienes y servicios, en el corto plazo las acciones económicas del gobierno están encaminadas a mantener la estrategia de enfocarse en el petróleo como motor productivo, además de respaldo para contar con mayores recursos que (en teoría) deberían buscar nivelar las cuentas financieras. En este momento, bajo este contexto, el principal enemigo de las políticas gubernamentales es que dada la vulnerabilidad del sistema pudiera incrementarse la pobreza en los próximos meses.
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