José Gregorio Mendoza, director de los cementerios municipales, informó acerca de la crisis que enfrentan a causa de la falta de cemento para elaborar las fosas. Se trata de una problemática que si bien data desde hace algunos meses, para la fecha se agrava ante la indiferencia de la empresa Cementos de Venezuela.
El último despacho, explicó, ocurrió en el mes de mayo. A pesar de conocer la necesidad de los camposantos, al parecer, la empresa nacionalizada de cemento no atiende al clamor de las autoridades municipales. Se requieren alrededor de 700 sacos por mes.
“Nos reunimos en el mes de mayo, con la Dirección de Cementos Venezuela, sin embargo, desde ese encuentro no hemos recibido respuestas concretas: seguimos necesitando cemento para construir las fosas”, manifestó.
Alertó que en el depósito apenas quedan 54 sacos de cemento, una cantidad insuficiente para la cristiana sepultura de tantas personas del municipio Iribarren.
Cambian panteones por cremación
El director de los cementerios municipales, José Gregorio Mendoza, señaló que debido a esta crisis del cemento se ha conversado con algunas familias interesadas en exhumar los cuerpos de sus familiares para ser cremados.
“Estamos trabajando en los trámites reglamentarios para pasar esos cuerpos a la unidad de cremación y, de esta manera, ir desocupando panteones que nos pueden servir para otros difuntos”.
Asimismo, informó que preparan una campaña de sensibilización con respecto a la unidad de cremación por cuanto todavía existe cierta resistencia por parte de familiares de fallecidos; “prefieren la sepultura de sus seres amados pero nos resulta cuesta arriba conseguir la materia prima para las fosas”.
Algunas personas, de manera voluntaria, donan sacos de cemento a los cementerios municipales, sólo que comprarlo al detal representa un gasto muy alto. Un saco, oscila entre 350 y 500 bolívares, en el mercado nacional a pesar del precio regulado que establece el Estado.