Ha iniciado la temporada vacacional, y con ella la búsqueda de alternativas para ofrecerle recreación a los más pequeños dentro de la ciudad.
En tiempos de crisis, los espacios públicos y algunos subsidiados que ofrecen bajo costo de entradas, son la mejor alternativa para muchos.
El Parque del Este es una de las opciones. Los padres deciden llevar a sus hijos, y hasta los responsables de algunos planes vacacionales acercan a los más pequeños a sus 20 hectáreas de terreno.
Sin embargo, los espacios del mismo muestran una cara poco amigable a sus visitantes.
EL IMPULSO realizó este viernes un recorrido por el otrora pulmón de la ciudad, donde la desidia parece adueñarse pese al esfuerzo que hace el Instituto Nacional de Parques (Inparques) para mantenerlo.
Entre la maleza
Las lluvias de las últimas semanas han hecho crecer rápidamente la maleza en el Parque del Este, y sus visitantes caminan sorteando su paso. Sólo las áreas que dan hacia la calle han sido podadas, por lo que desde afuera pareciera estar en perfecto mantenimiento.
Sin embargo, las áreas centrales dicen lo contrario. Tanto así que el monte ha crecido hasta entre las placas de concreto de la laguna, que hace varios años se secó.
El rescate de este pozo se ve lejano. En él hay algunos escombros y alcantarillas convertidas en criaderos de larvas y zancudos, lo que se traduce en una amenaza a la salud del público.
La pista de ciclismo ofrece buen pavimento a sus usuarios, aunque los espacios de trote presentan desniveles y quiebres que podrían ocasionar alguna caída y posterior lesión a los corredores.
El área de recreación (parque infantil), predilecta por los niños, parece haberse quedado en el pasado. Hierros oxidados y algunas cadenas con empates de alambre, le dan la bienvenida a los más pequeños que juegan a tomar vuelo en estas atracciones.
Claman seguridad
El Parque del Este no escapa de la inseguridad que reina en todo el país.
Algunos usuarios que visitan el parque a tempranas horas de la mañana para hacer ejercicios al aire libre, denuncian que delincuentes aprovechan que no existen funcionarios de seguridad para resguardar a los ciudadanos, y así muchos han sido despojados de sus pertenencias.