Hace 45 años en el Bronx nacía Jennifer López. Sus padres, originarios de Puerto Rico, trabajaron duro y pudieron dar una buena educación a sus hijos. Pero J.Lo no era aficionada a los libros y a los 15 años se presentó al casting para un pequeño papel en «My Little Girl», donde fue seleccionada.
Este pequeño cameo unido al estado psicológico propio de la adolescencia provocó que Jennifer se decantase por el mundo del «artisteo». Se marchó de casa y se fue abriendo camino en Broadway. Pero le pareció poco eso de ser una corista más. Así que «cruzó el charco» se fue a Japón y allí tuvo un papel en la serie «Synchronicity».
Regresó a los Estados Unidos y siguió teniendo papeles de bailarina en series y musicales. Hasta que le llegó la gran oportunidad como actrizen el largometraje «Lost in the wild».
Llegaron más papeles, secundarios y principales. Pero en casi todos recibía críticas. Sin embargo, se coronó interpretando «Selena»un musical sobre la cantante. Con esta cinta, López fue la primera latina en ingresar un millón de dólares en Hollywood
Después de esto vinieron películas, discos, romances y muchos golpes de ventilador. Se fue abriendo paso en Estados Unidos y erigiéndose como una de las cantante más populares en todo el mundo.
En la actualidad, J.Lo es una de las cantante más cotizadas, ha interpretado la canción oficial del Mundial y arrasa con el tema que grabó junto con Ricky Martin. Mientras que en lo profesional las cosas le marchan sobre ruedas, en lo sentimental Jennifer se mueve en arenas movedizas. Romances breves que no terminan de cuajar son la tónica de su vida sentimental.
Pero lo que es innegable es que a falta de un lustro para cumplir medio siglo, López tiene un físico admirable. El deporte y los batidos de espinacas son la base de la dieta de la neoyorquina para seguir manteniendo uno de los cuerpos más deseados y más bien tallados.