En la primera edición del boxeo femenino olímpico, en Londres-2012, la amplia y contagiante sonrisa de la venezolana Karla Magliocco confirma que antes del debut en el torneo está tranquila y sin estrés, aunque aclara que es consciente de la gran dificultad de sus rivales.
«Chiquitica y delgadita», como se describe, Magliocco clasificó a los Juegos de 2012 en el Preolímpico Mundial de China, en el que fue eliminada en los octavos de final en el peso pluma (51 kg). Con el resultado, la pugilista de 26 años se posicionó como la segunda mejor del continente americano.
«Estoy bastante tranquila. Hace dos semanas tenía un poco de presión, pero me dije: ‘caramba Karla, ¿qué tienes que perder? Nada. Son tus primeros Juegos Olímpicos, disfrútalos'», se repite esta joven que viste el traje deportivo de la delegación venezolana.
«Tengo que aprovechar cada minuto, cada espacio y es lo que estoy haciendo, tratando de liberar el estrés, de drenarlo, de sentirme cómoda y concientizarme que no debe haber tal nerviosismo», añadió, aunque rápido reparó: «claro, uno tiene su sustico» y suelta otra carcajada tierna.
El «sustico» no es sólo de ella, sino de todas las boxeadoras que clasificaron a Londres-2012, que al final de cuentas es el primer torneo olímpico femenino.
«Yo las conozco a todas (las rivales) y ninguna es fácil. Aquí (peso pluma) iremos 12 y puedo decir con total seguridad que todo el mundo viene aquí por una medalla, todas tienen ambición, ganas de dar todo lo mejor por su país», comentó.
El domingo 5 de agosto «se abre el telón para Karlita», que con dos victorias se asegura la medalla de bronce. «Pero no nos conformamos con eso», lanzó, garantizando que buscará el oro.
«Fuimos a Francia por 20 días. Allí estuvimos tratando de pulir los detalles, la defensa, un poquito mi punto débil, tratamos de corregir eso, de apoyarnos un poquito en nuestras debilidades», precisó sobre su preparación.
«Pero el trabajo ya está hecho, aquí sólo resta montarme en el ring y sacarlo a flote», zanjó determinante.
Magliocco es natural del estado Portuguesa (oeste de Venezuela) y a los 12 años decidió practicar boxeo, influenciada en parte por su madre, que es árbitro-juez en su país, según contó a la AFP.
«Yo siempre estuve inmersa en el mundo de deportes, por mi condición de asmática, a los seis años me inscribieron en natación, después practiqué fútbol. Siempre me ha gustado la actividad física», explicó.
«Pero a los 12 años dije: ‘ay no, qué aburrido, yo quiero algo que me exija’ y no fue sino hasta que llegué al boxeo que me dije ‘aquí me quedo’. Me flechó y pues aquí estoy», siguió contando, claro, sin perder la sonrisa.
Y aunque algunos se impresionaban por su empeño en subir al cuadrilátero a pesar de su contextura menuda, dice con satisfacción que ya ganó el respeto de la gente.
Magliocco fue homenajeada este miércoles junto a sus compañeros de la delegación venezolana en el Consulado de su país en Londres. Y antes de partir y frente al autobús del equipo pidió riendo: «entreno y después al shopping (centro comercial), ¿sí?».
Foto: Archivo