Ventana abierta – Discriminación vs la Biblia (I)

Para recordar: “Porque de tal manera amó Dios al mundo que ha dado a su Hijo, unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna” (Juan 3:16).
Casi finalizando el Mundial de Futbol, la FIFA promovió una declaración que hicieran los equipos de Brasil y Colombia, antes del esperado juego del 4 de julio de año en curso. Ese día ganó Brasil y Colombia, se fue con cumplidos. Pero, lamentablemente hubo cierta violencia por parte de ambos equipos.
“Dile no al racismo” fueron las palabras que le dieron la vuelta al mundo y es una de las tantas acciones discriminatorias, que se hacen en este decadente planeta.
Al indagar sobre la palabra “discriminación” en Internet, en el buscador bing.com, la exploración arrojó: Tres millones setenta mil aciertos (documentos) con respecto a dicha acción y observamos un rechazo social por tales prácticas, que ha generado ensayos, artículos, libros, leyes, que apuntan a la necesidad de encontrar una solución a ese problema con tantas aristas.
También observamos: Conceptos, causas, tipos (social, sexual, laboral, racial, religiosa, ideológica), e inclusive, se resalta la propuesta, por parte de las Naciones Unidas, para que cada 21 de marzo sea considerado como el día internacional contra la discriminación.
Según la es.wikipedia.org, “la discriminación es todo acto de separar a una persona de una sociedad o bien denigrarla de una forma, a partir de criterios determinados… Si hablamos de seres humanos, por ejemplo, podemos discriminarlos por: Edad, color de piel, grado de instrucción, estrato social, riqueza, color de los ojos, orientación sexual, ideológica, religiosa, entre otros”.
Lamentablemente en Venezuela, que tanto se habla de inclusión, y nuestros gobernantes se la pasan criticando a otros países, por la discriminación, en diferentes sentidos,  acá, la lucha ideológica y de otros tipos, supera cualquier pensamiento racional; porque muchos venezolanos, desde hace rato, dejaron de tratarse como hermanos, como se hacía antes, en gobiernos antecesores al actual; todos éramos hermanos.
Hoy en día, se usan palabras como: “escuálidos”, “pitiyanquis”, “chavistas”, «oficialistas”, “opositores”, “antiimperialistas” e incalculables vociferaciones por el estilo, por ambos bandos; algo que no debería haber sucedido, viene ocurriendo, quien sabe hasta cuándo, pero más tarde que nunca, debería revertirse.
En el texto para recodar, habla que Dios nos amó y entregó a su Hijo por nosotros, y en tal verso se complementa la acción, cuando señala: “…para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna”.
No obstante, aunque “todo” es una palabra incluyente, hay una condición: Creer en Cristo. En caso contrario ¿nos perderemos? Es decir, ¿se salvarán (recibirán la vida eterna) todos los seres humanos sin importar si creen en Cristo o no? ¿Ante Dios, es importante la conducta que observamos mientras vivimos?
Todo lo anterior, tal vez, justifica nuestro título: “Discriminación” (la parte humana) versus lo que la Biblia (la Voz de Dios) dice. Pero, ¿Será que Dios discrimina al colocar condiciones? ¿Nombra, la Biblia, las conductas reprobadas que impiden entraran en el reino de los cielos?
Por razones de espacio, o por el texto mismo, haremos la entrega final la siguiente semana, si Dios y ésta empresa lo permiten ¡No se lo pierda!
Eduardo Iván González González
www.ventanabiertalmundo.jimdo.com