La calma que había prevalecido durante la mañana de este viernes en las inmediaciones del antiguo internado judicial de la carrera 13 fue rota cerca de las 9 por numerosas detonaciones de armas de fuego en la calle 44 entre 13 y 14.
Los vecinos del sector las escucharon pero por precaución no salieron a averiguar lo que pasaba hasta que el silencio retornó.
Los que estaban más cerca de una casa donde acostumbran depositar tarantines y mercancía a ser vendida el fin de semana en los alrededores del mercado San Juan pudieron ver cuando funcionarios del Cicpc subían a dos jóvenes, evidentemente heridos, a la cajuela de una camioneta que partió a toda velocidad hacia el Hospital Central Antonio María Pineda.
Posteriormente se informaría que ambos fueron ingresados muertos a la emergencia del centro asistencial.
En el lugar del suceso quedaron dos pistolas 9 milímetros, de acuerdo a lo que afirmó un funcionario del cuerpo policial.
Según versiones extraoficiales un grupo de sujetos conocidos como autores de robos fueron vistos en actitud sospechosa, algunos de ellos en un carro Fiat color blanco, y lo notificaron a los ocupantes de un vehículo de la subdelegación San Juan del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas.
Ese auto habría sido visto varias veces en la zona antes de la comisión de hurtos en residencias por lo que se presume es utilizado para transportar los objetos robados.
Los funcionarios se movilizaron hacia el lugar y al ser vistos por los elementos emprendieron la huida mientras les disparaban.
Varios de los sujetos ingresaron en el inmueble depósito y allí se intensificó el enfrentamiento a tiros, cayendo dos de ellos en el patio frontal de una casa vecina.
Supuestamente los individuos pretendían incursionar en varias viviendas del sector que sabían se encontraban solas por haber viajado sus habitantes.
Como siempre ocurre, gran cantidad de personas se congregó en los alrededores de la casa donde cayeron mortalmente heridos los presuntos delincuentes y los comentarios no se hicieron esperar.
“Esa fue una plomazón bárbara. Se escucharon como 70 tiros”, dijo una mujer en el lugar.
“Esos son unos bandiditos que tienen azotada a la gente por aquí, robando a cada rato en las casas que dejan solas”, se le escuchó a otra.
Concluida la mañana se desconocía la identidad de las víctimas.
Entre los curiosos circularon algunos apodos con los que, supuestamente, eran conocidos los dos elementos.
Uno sería conocido como “El Bebe” y otro como “El Virolo”, pertenecientes a la banda de “El Enyelbert”, de la que también formaría parte “El Pirulo”, otro delincuente con amplio prontuario que ha purgado condenas pero siempre logra obtener su libertad gracias a medidas de gracia otorgadas por tribunales.
Sobre “El Bebe” se supo que había salido hacía apenas un mes del albergue de El Manzano y que hace algunos meses también fue herido de bala.
“La familia de ese muchacho es buena gente, pero él salió echaíto a perder”, manifestó una de las mujeres presentes en el lugar.
“Esa es una pandillita pura candela de puros chamos, pero muy peligrosos porque siempre andan bien armados con pistolas”, se le escuchó decir a otro de los curiosos.
Otro señor dijo que se trataba de una pandilla numerosa que opera especialmente en esa zona del oeste de Barquisimeto, especialmente en viviendas, algunas de las cuales ya han sido objeto de sus acciones delictivas en el pasado cercano.
Al final de la tarde se conoció, también extraoficialmente, que funcionarios del Cicpc habían detenido a tres integrantes de la banda de “El Enyelbert” y buscan al resto.
En horas de la tarde se esperaba en la morgue a familiares de los dos elementos ultimados para lograr su identificación, mientras a través de los detenidos se espera identificar a todos los miembros de la banda.
