Google ha movido ficha en su conferencia de desarrolladores para competir con Apple en uno de los sectores del futuro: el internet de las cosas. Las aplicaciones para monitorizar la salud y el ejercicio físico de los usuarios serán uno de los pilares clave para la expansión de los dispositivos «wearables» o vestibles.
Apple golpeó primero en su reunión anual del pasado mes de junio. Allí presentó la aplicación Health, que si bien no ofrecía grandes novedades con respecto a otras apps de compañías como LG o Samsung, sí que supuso un paso importante para los de Cupertino. A partir de ese momento los usuarios de iOS podrían contabilizar y registrar las horas de sueño, los pasos dados y las calorías quemadas. Además podrán consultar el peso, la actividad, la dieta y hasta la glucosa en sangre.
Pero el paso más importante fue el Healthkit, una especie de centro de monitorización en el que se almacenan y ordenan los datos que recopilan el resto de las aplicaciones de salud instaladas en el iPhone.
Google, a la contra
Este miércoles llegó la respuesta de Google con su propia plataforma para gestionar y monitorizar los datos de salud y fitness de los usuarios: Google Fit. Además desde la compañía se han asociado con empresas como Adidas, Withings, Nike, Runkeeper e Intel para llegar más lejos.
El combate definitivo llegará cuando estén a disposición de los usuarios. El día y la hora aún no se conocen, pero si el momento: el desembarco en el mercado de la versión «L» de Android y del iOS 8 de Apple.
La «preocupación» por la salud de los usuarios no es nueva para Google. Hace años lanzó un servicio muy similar al actual que lo acabó cerrando en 2012 porque nunca llegó a triunfar, seguramente porque los smartphones de la época no tenían la capacidad de los actuales. Ahora esperan que sea un mejor momento y puedan ganar esta batalla que les «enfrenta» a Apple por monitorizar la salud de los usuarios.