Cuando era niño en mi caserío, un adulto mayor, nos echaba un cuento: una vez hubo un aventurero genovés que decidió montarse en tres lanchas con unos delincuentes españoles, para tratar cómo llegar por mar a donde se cultivaba la pimienta negra. Pasó un tiempo y al no llegar a conseguir tierra los compañeros le dieron un periodo de tiempo al aventurero para quitarle la vida, en menos de setenta y dos horas chocaron con lo que el llamó El Salvador, simple y llanamente por haberle salvado su vida.
Ese mismo aventurero regresó a España, en donde le preguntaron qué había encontrado y tal vez por inocente contestó, que había conseguido una nueva raza humana que vivía cultivando la tierra, que tenían oro, diamantes, hierro, cobre y otros, por tal motivo inmediatamente la corona española decidió con ley lo siguiente “ pueden regresar a esas tierras que pasan a ser territorio de España, todo lo que produzcan y hagan sobre el suelo es de ustedes y el Estado español es el dueño de todo lo que haya debajo del suelo”.
Con esta sentencia de ley se hizo nada menos y nada más que un ciudadano altamente indefenso al frente de un Estado todopoderoso.
Este relato inocente, me viene a la mente hoy, cuando salgo a la calle y me consigo ese Estado todopoderoso, que ya dejó de ser el dueño del subsuelo para convertirse en ese Estado dueño de todo, que ya no limita la propiedad de las cosas materiales puesto que el nivel de limitaciones traspasa lo individual y colectivo de nuestro ser y comportamiento.
El título de los amos del valle es lógico en el tiempo y en el espacio, siempre será más fácil y productivo el trabajar la tierra en lo plano y a orillas por donde corren las aguas y en el tiempo porque los que han tenido y tienen el poder y el aval del Estado, mayores oportunidades han tenido y tienen para ser esos amos.
Al hacer un análisis rápido de nuestra historia de República, se puede llegar a una conclusión: el Estado ha sido esa hacienda privada de cada uno de sus gobernantes y cada uno de ellos ha repartido ese valle de una u otra forma y la pobreza y la riqueza ha sido el reparto del compromiso político y el amiguismo personal.
Hoy los amos del valle, no están precisamente en los trabajadores y productores de la tierra, los amos del valle se miden en la capacidad del manejo del dinero bien y mal habido provenientes de la riqueza del Estado y tal vez no tengan la noción de cuánto cuesta producir un litro de leche, ni un kilo de maíz, sus multiplicaciones y divisiones matemáticas están al día en la fluctuación de la moneda extranjera y la moneda nacional, no nacionalizan nada, todo pertenece al Estado, yo pongo el precio y yo soy el único amo del valle.
En estas reflexiones los delincuentes españoles marineros le dieron un tiempo al aventurero genovés para quitarle la vida si no conseguían tierra, ¿Cuánto tiempo será necesario darle a los gobernantes amos del valle para que consigan la forma de gobernar positivamente, permitiendo el trabajo productivo para todo el mundo, y de esa forma no ponerle el nombre de El Salvador de una República, sino la del Salvador de un país que ha necesitado y sigue necesitando buenos gobernantes?
..Unidos todos por el éxito y el crecimientos de la familia ganadera (Fedenaga)..
[email protected]
@Jgmendozabargto
Reflexiones en positivo -Los amos del valle improductivo
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