La expresión corporal no miente…

Páginas de la Historia…
A través de ella, hacemos llegar nuestras preocupaciones e incertidumbres. Sin duda, devela actitudes, sentimientos, y desde luego, el nivel de afectación de lo que escuchamos, que, aún cuando tratemos de maquillarlas, de diferentes formas: Con exceso de cariños, apurruñaderas, buenos deseos y palabras bonitas, para su infortunio, la expresión corporal devela, siempre dice la verdad.
Detrás de este tipo de comportamiento existen verdades, traducidas en karmas, frustraciones y conflictos internos, que solo Dios conoce y puede ayudar a superar, siempre y cuando se lo pidamos.
Confiar en nuestras fortalezas y talentos es bueno, colocarlas al servicio de Dios, seguramente nos va mejor; De lo contrario, como cualquier madre o padre, sufre ver a su hijo hacer cosas que no resulte de su agrado, aún así, y por experiencia, la respuesta a un llamado de auxilio, no se hace esperar. Llega más pronto que tarde. De eso, esté plenamente seguro. El problema radica cuando de procesos humanos se trata. Si la madre está a tiempo de corregir, es necesario hacerlo de manera puntual, de lo contrario, somos libres de escuchar o no, y escoger el camino que más se desea, aún, con los riesgos que eso implica y las consecuencias que su actitud traiga.
Pues bien; Dios de igual manera es respetuoso del camino que cada uno de nosotros escoja, eso sí, dada su bondad y generosidad, está atento a cualquier súplica o llamado de auxilio
Reiteradamente se escucha miserias humanas, como por ejemplo: “El yo… Ismo”; Personas que solo confían en su inteligencia, en sus “corazonadas” y en lo que su sentido escucha y quiera ver. Pareciera no darse cuenta que un día que pasa, es un día menos, que su vida está condicionada a la voluntad  de Dios; El único temor, que de justicia deberíamos tener, a fin de enderezar entuertos y aumentar el inventario espiritual que es lo que realmente importa a la hora de la verdad, y no dejarse sorprender por la adversidad.
Agradecer por lo bueno y no tan bueno, que nos ha permitido crecer como persona e incrementar, y mejorar las relaciones personales, que aunque algunos autores, la califican como relaciones de poder, que comparto; La solución no puede ser la desesperación, la soledad o el aislamiento. La fuerza necesaria para enfrentar viene dada por el reconocimiento y la confianza en Dios en cada uno de nuestros actos.
No somos, los más indicados, para mejorar a nadie. En todo caso, estar prestos a cualquier consejo o sugerencia, ¡ojo!, Si éste es requerido. Recordemos…Algo; La lógica de Dios no es la ciencia del hombre, por ende; Que el aplauso y el reconocimiento no desvanezca nuestra  necesidad de Dios; Menos aún, avergonzarse de ser creyente comprometido con los principios de su iglesia…
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