Con una mezcla de ira e impotencia y sin poder contener las lágrimas al ver al acusado James Holmes con el cabello teñido de rojo y naranja, los familiares de los asesinados en una masacre en un cine debían abocarse ahora a la ingrata tarea de planear la despedida de sus seres queridos.
Durante su presentación ante el tribunal el lunes, Tom Teves miraba fijamente a Holmes, el acusado de 24 años, quien permaneció con la vista extraviada. El hijo de Teves fue una de las 12 personas que Holmes es acusado de asesinar. Alex Teves murió en el ataque del viernes en la madrugada cuando se lanzó para proteger a su novia de los disparos.
Además de 12 muertos hubo 58 heridos, siete de ellos graves, luego que el hombre abrió fuego durante la exhibición a medianoche del estreno «The Dark Knight Rises» en la vecina Aurora.
El padre calificó de «cobarde» al acusado.
«Alguien tenía que estar en el tribunal para decirle ‘Saliste con protección y con armas y mataste a una niña de seis años», dijo. «Y cuando llegaron los policías te rendiste».
La indignación afloró cuando los familiares de las víctimas vieron por primera vez a Holmes. Dos mujeres estaban tomadas de la mano y una sacudía la cabeza. Otra no pudo contener las lágrimas.
Robert Blache presenció imágenes de video de la audiencia de 12 minutos ante el tribunal junto con su hija Christina, que resultó herida en las piernas durante el ataque y se preguntó por la salud mental de Holmes.
«El no parecía sorprendido por nada, sino entretenido por lo que ocurría», comentó Blache. «Estoy seguro de que no está en sus cabales».
Para el doctor Jeffrey Gardere, profesor adjunto de Medicina Conductista enla Universidad Tourode Medicina Osteopática, Holmes parecía como «una persona que hubiese pasado por un vértigo emocional y que estuviera ahora totalmente vacía de emociones».
Gardere dijo que podría tratarse de «un proceso sicótico», una simulación o quizás una combinación de ambos factores.
Después que Holmes fue conducido esposado a la celda solitaria en la que lo han puesto desde el viernes, las familias de las víctimas planearon sus próximos pasos. «Tenemos gente de otras ciudades y algunas de ellas deben volverse a sus casas y disponer funerales», dijo el funcionario de información dela Policíade Boulder, Kim Kobel.
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