Francia quiere empezar a saldar la bochornosa deuda que dejó en el Mundial de Sudáfrica 2010, en su debut contra Honduras en la Copa Mundo de Brasil 2014, el domingo en Porto Alegre.
Cuatro años después de su eliminación en primera ronda en medio de un escándalo de indisciplina, el cuadro dirigido por Didier Deschamps, capitán de la selección francesa que ganó el título mundial en 1998, buscará rehacer el prestigio francés ante un rival sin peso futbolístico.
Sin embargo, Deschamps quiere cuidarse de los excesos de confianza. Brasil «tuvo un partido difícil contra Croacia y es obvio que no tendremos un juego fácil mañana», dijo el técnico este sábado en conferencia de prensa.
Si bien los Bleus perdieron en el camino hacia Brasil a su estrella Franck Ribery por una lesión, cuentan con suficiente munición de reserva: Patrice Evra (Manchester United), Karim Benzema (Real Madrid), Olivier Giroud (Arsenal), Raphaël Varane (Real Madrid) y Paul Pogba (Juventus).
A sus 26 años, Benzema, campeón de la Champions con el Real Madrid este año, asoma como el guía de los franceses en su expedición por Brasil, en la que también se cruzarán con Suiza y Ecuador en la primera fase.
Los franceses cuentan con todo a su favor para expiar las culpas de Sudáfrica y volver al club de los favoritos, a expensas de una selección de Honduras en teoría mucho más débil a la que enfrentarán en el renovado estadio Beira Rio de Porto Alegre a partir de las 2.30pm (hora de Venezuela).
«Ahora estamos en otra Copa del Mundo, no vamos a ser juzgados por lo que hicimos hace cuatro años», declaró el técnico.
Aún con la sensible baja de Ribery, los galos quieren llegar lejos en Brasil. «Nos hemos preparado de la mejor manera desde hace cuatro semanas. Ahora hay que competir, la verdad está en el campo», destacó Deschamps.
Será el primer enfrentamiento entre ambas selecciones, aunque con expectativas radicalmente opuestas: Francia deberá vencer y convencer, y Honduras, en su tercera cita mundialista, probar hasta qué punto en un Mundial cabe el heroísmo del más débil.
«Los jugadores tienen claro que no vienen de paseo», avisó esta semana el colombiano Luis Fernando Suárez, seleccionador de Honduras y quien entrenó a Ecuador en el Mundial de Alemania 2006.