Familiares de los reos dicen no haber dormido, estar desesperados, angustiados y hasta molestos por la manera en como se ha llevado a cabo el proceso de traslado de los privados de libertad en las diferentes comisarías de la policía regional, Policía Nacional Bolivariana (PNB), Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) y de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB).
Ayer permanecían en las afueras del Centro Penitenciario David Viloria, conocido como Uribana y en la Comunidad Penitenciaria Fénix. Exigieron recibir información de dónde se encuentran sus parientes, pues desde el miércoles cuando comenzaron a llevarlos no saben exactamente dónde se encuentran. “No tenemos noticias de ninguno”, aseveró una mujer con lágrimas en los ojos.
“No se imaginan por lo que estamos pasando porque si bien cometieron un delito y lo están pagando, no es justo que a nosotros no nos digan dónde los tienen. En la policía nos mienten y los funcionarios por repugnancia nos dicen que los llevaron a Tocuyito o Tocorón pero sabemos que no. Aquí (en David Viloria), informaron que sacarían una lista pero hasta ahora no la han publicado”.
Evelyn Linares, otra de las afectadas, comentó que llegó el jueves a media noche a Uribana procedente de La Miel, municipio Simón Planas. “Mi hermano nos llamó y nos manifestó que lo traerían pero desde entonces no hemos podido comunicarnos”. Él se encuentra detenido por intento de homicidio y como ya está procesado ella cree se encuentre en el David Viloria.
Narró que desde entonces está viviendo en la calle, “porque hasta que no sepa de mi hermano no me pienso mover de aquí; mis padres están mayores y muy preocupados por la situación”. Ante la interrogante de cómo hace para comer, descansar y el gasto que esto le genera, informó que mínimo son 600 bolívares diarios. “No como nada en la calle para que no se me incremente la economía. Me voy en la noche y regreso a primera hora”.
Otros núcleos familiares no han corrido con la misma suerte y sí han recibido llamadas. Tal es el caso de Wilmara Lucena, quien comentó que su esposo la llamó cuando nada más arribó al lugar, “me dijo mami estoy bien, ya instalándome. Ese es muy habilidoso, no sé de donde sacó el teléfono pero lo hizo y eso me tranquiliza”.
Sin embargo, la preocupación de Lucena es latente pues lo que no sabe es si le están dando la alimentación necesaria, “nosotros sabemos que aquí muchas veces los maltratan y no les dan la comida como debe ser, incluso muchos y que se quedan sin nada porque no alcanza para todos. ¡Es que son muchos!”, reflexionó.
José Gregorio Meléndez, expresó que su hermano se encontraba recluido en la sede del Cicpc, “lo sacaron a las 12:000 am del jueves y no sabemos nada. Una chama que vino a visita nos dijo que los tienen sentados en el piso, descalzos y sin tomar agua o comer”.
Muchos de ellos han preferido pernoctar en las afueras de las cárceles esperando alguna noticia de los suyos. Algunos ya están enfermos, pues a las 3:00 pm., del jueves llovió, “y aquí estábamos esperando que publicaran la lista que supuestamente nos iban a dar y nada aún”.
Situación similar en la 30
En las adyacencias de la comandancia general de polilara estaba otro grupo de familiares de los detenidos. La afluencia disminuyó sin embargo, se quejan de malos tratos, pues al parecer la noche del jueves hicieron una requisa.
“A los que quedaron los golpearon, pero lo peor es que como a 15 los devolvieron de Uribana y todavía no sabemos las razones. Es que nadie dice nada y eso es peor”.
