Justo a la medianoche del 10 de junio sonó el teléfono de la señora Linda Meléndez. La llamada era de su esposo Jimmy Torres. La dama sintió tranquilidad, porque desde las 4:30 de la tarde que salió a comprar una tarjeta telefónica no sabía de él, pero lo que le dijo no era nada bueno. Torres, maestro técnico de tercera de las Fuerzas Armadas Bolivarianas, con 16 años de retirado, se encontraba detenido en la 14 Brigada.
Le dijo que lo habían tratado bien, pero que se buscara un abogado. Desde ese momento la señora no ha tenido contacto con su esposo. El jueves en horas de la tarde se celebró su audiencia en la Base Aérea Vicente Landaeta Gil, la cual culminó a las 5 de la tarde y no fue sino hasta las 7 de la noche cuando el juez del Tribunal Militar Décimo tomó la decisión de privarlo de libertad y que su sitio de reclusión sería en Ramo Verde, en el estado Miranda.
A la familia le pidieron ropa para trasladarlo. A las 6 de la mañana su esposa se acercó hasta la 14 Brigada donde no dieron explicación alguna, sólo le indicaron que ya lo habían trasladado, aparentemente lo habían sacado entre 2 y 3 de la madrugada; ahora la familia espera porque le informen qué días podrá ser visitado, porque no saben nada de él. Mientras Alicia Vargas, viuda de Torres, indicó que el próximo miércoles 17 su hijo cumplirá 52 años, con sus ojos llorosos declaró que su hijo siempre ha sido un esposo ejemplar, un padre amoroso. “Lo único que le pido a Dios Padre Todopoderoso, es tenerlo de vuelta”, dijo la madre.
“No esperábamos esa decisión”
Manuel Virgüez, presidente de Funpaz y uno de los abogados del ex militar, indicó que no esperaban esa decisión por parte del juez, la cual será analizada por el grupo de abogados que mantiene la defensa de Jimmy, debido a que existen algunos elementos de modo y tiempo que no están claros.
En las actas policiales se indica que el ex militar fue abordado por un funcionario de inteligencia, un coronel y una funcionaria y que los golpeó a los tres, cosa que creen imposible, porque según versiones de los familiares, Jimmy presenta una discapacidad en la mandíbula y en la rodilla que le impide pararse firme, mucho menos podrá tener la fuerza para golpear a tres personas.
Aseguran que el ex militar siempre ha sido aficionado a la fotografía y fue la primera vez que se detuvo a hacer gráficas en las manifestaciones, “nunca agredió a ningún funcionario, ni fue grosero con nadie”. Al ser detenido una de las imputaciones realizadas por la Fiscalía Militar fue la ultraje al centinela, injuria, ofensa y menosprecio a los funcionarios de las Fuerzas Armadas e incumplimiento al régimen especial de la zona de seguridad, delito por el cual se guió el juez para dar la privativa. A pesar de todo ello el imputado profesó amor por su institución, a la cual le sirvió durante 20 años.
Vírgüez manifiesta que se van a estudiar todas las actas y el procedimiento, para ver si en la audiencia preliminar a celebrarse en los próximos 45 días se pueda conseguir otro tipo de medida y cambiar las calificaciones de los delitos.
“Si tomar una fotografía es un delito, entonces muchas personas lo están cometiendo, porque han salido muchos héroes anónimos que han registrado todas estas manifestaciones y a través de las cuales se ha logrado hacer justicia en algunos de los casos”, así lo ratificó el representante de Funpaz.