Los animales al igual que las personas sufren de enfermedades. Muchas veces se complican con patologías o accidentes que deben tratarse de manera quirúrgica.
Es por ello que en la medicina veterinaria existe la especialización en anestesia, para tratar a las especies que necesiten en determinado momento, ya sea por condición natural o por algún incidente, ser tratados de esta manera.
La palabra anestesia significa que no existe o hay dolor. Sin embargo, cuando se entiende que hay una cirugía de por medio, es la estrategia o técnica que le permitirá en este caso al veterinario, llevar a cabo una intervención quirúrgica.
En algunas ocasiones, dependiendo del caso será suficiente con una anestesia local, pero en otros por la complicación o lo difícil que se presente la situación se debe hacer con anestesia general.
La anestesia general provoca “un estado de inconsciencia producida por una intoxicación reversible del Sistema Nervioso Central, en el cual se logra ausencia de sensibilidad a los estímulos del medio ambiente, una menor y a veces nula respuesta motora a dichos estímulos, esto conducido por la acción de una o más drogas utilizadas en el protocolo”, según lo explica un documento de conclusiones de las jornadas de fauna silvestre realizadas en la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires.
Mientras que la local, la definen como “el bloqueo reversible de la conducción nerviosa en una zona determinada del cuerpo, es decir el bloqueo de los impulsos aferentes de piel, mucosas y tejidos hacia el sistema nervioso central y en distinta medida (según la droga utilizada) los impulsos eferentes desde el sistema nervioso central hacia el órgano efector”.
La inmovilización
Gerardo González es un joven veterinario, que labora en el Zoológico Las Delicias de Maracay. Ha trabajado con anestesia e inmovilización de reptiles y mamíferos. Él se convierte en el guía que nos ayudará a entender cómo se aplica este proceso de anestesia.
“La anestesia, por lo menos con los reptiles, trabajamos con mucho cuidado la parte de los dientes. La inmovilización se hace por químicos y en oportunidades se aplica este tipo de métodos para hacer las tomografías y para hacer intervenciones quirúrgicas. Hay especies peligrosas dentro del grupo de reptiles como las culebras y por supuesto entre ellas las que son venenosas; los caimanes, los cocodrilos, los felinos también deben tratarse con precaución”, manifestó el médico veterinario Gerardo González.
“Todos los animales deben tratarse con mucho respeto, saber manipularlos es uno de los secretos para obtener buenos resultados. La inmovilización se puede hacer física y química”, explicó el especialista.
Explicó que con la inmovilización física a través de mallas y otras herramientas, se realiza cuando se quiere hacer una muestra clínica con un animal no dócil, o una cura de heridas no profundas y no tan grandes.
Para suministrarle fármacos a los reptiles puede ser intramuscular, yugular (caso tortugas), yugular derecha (serpientes), cola (iguanas), intraósea e intracelómica.
En cuanto al por qué un reptil puede ir a pabellón, indicó el veterinario que existen muchas causas como enfermedades de origen bacterial, traumatismos, cortes en la piel, entre otras causas.
Mientras que con los mamíferos hay causantes como las infecciones reproductivas en los felinos, que en más de una oportunidad ha requerido una operación de emergencia.
En aves y pequeños animales
Todas las especies que se sometan a un proceso de anestesia, hay que realizarle primero lo que es la evaluación y valorar el estrés, así como los niveles sanguíneos, de presión arterial, entre otros.
Las aves no son la excepción. Ellas tienen ciertas características, como que su sistema respiratorio es diez veces más eficiente que en los mamíferos. También tienen ocho o nueve sacos aéreos; una o dos cervicales, un clavicular, dos torácicos craneales, dos torácicos caudales, dos abdominales.
El doctor Mario Marzuck anestesiólogo veterinario explicó que los médicos en esta área deben estar preparados para trabajar con especies que pesen de 50 gramos a 10 toneladas. Aunque lo normal es laborar con animales que tienen un peso entre 30 gramos y 70 kilos.
“La medicina y la ciencia deben ser muy serias siempre, independiente del caso que se esté tratando. Las dosis de la anestesia se estudian y se analizan antes de comenzar este proceso. Por tamaño, por peso, incluso por especie, ya que cada una tiene un comportamiento diferente y por ello es indispensable conocer la fisionomía”, manifestó el doctor Marzuck.
“Las aves por ejemplo en nuestro país, han pasado a ser mascotas. Las personas las tienen en sus casas como animales domésticos. Es común que el venezolano compre un loro, aunque esto no sea legal. Y entonces allí vienen fracturas de alas, que la recuperación es lenta”, agregó el especialista.
También indicó que se debe evaluar la frecuencia respiratoria durante la anestesia, la cual no debe bajar más de la mitad que tenía el animal cuando estaba despierto. Y en el caso de la apnea se debe practicar la respiración asistida, pues esta situación puede provocar rápidamente la muerte del ave.
Con las aves se debe ser muy detallista, ya que no expresan ni exhiben el dolor, hasta estados muy avanzados del mismo.
Mientras que la intubación endotraqueal sólo se contraindica en aves de reducido tamaño, es decir que pesen menos de 100 gramos.
Fotos: Dedwison Álvarez/ Billy Castro