Los cancilleres sudamericanos y el nuncio apostólico instaron el martes al gobierno venezolano y la oposición a reanudar el diálogo, suspendido hace dos semanas, que busca solventar la crisis que atraviesa el país.
Los cancilleres María Ángela Holguín, de Colombia; Luiz Alberto Figueiredo, de Brasil; Ricardo Patiño, de Ecuador, y el nuncio apostólico en Venezuela, monseñor Aldo Giordano, finalizaron la noche del lunes dos días de gestiones para intentar reactivar el proceso de conversaciones.
En un comunicado conjunto difundido el martes por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil, expresaron su voluntad de ayudar a continuar un diálogo que permita «un avance en la búsqueda de soluciones» a los problemas de Venezuela y urgieron a las partes a «reflexionar» y definir prontamente un próximo encuentro.
Los facilitadores internacionales resaltaron a su vez la voluntad del gobierno y la alianza opositora de seguir trabajando en la búsqueda de soluciones y el rechazo a la violencia en todas sus formas.
Patiño afirmó el lunes que «abrimos en Venezuela puentes de comunicación otra vez», pero no indicó si eso implicaría el desbloqueo del proceso.
«Sostener un proceso de diálogo no es fácil», dijo el canciller ecuatoriano en su cuenta de Twitter, pero reconoció que «hemos encontrado disposición favorable» de parte del gobierno y la alianza opositora.
El secretario ejecutivo de la coalición opositora, Ramón Guillermo Aveledo, dijo el lunes a la prensa, luego de una reunión con los facilitadores internacionales, que los cancilleres y el nuncio están «haciendo esfuerzos para que se creen las condiciones de tal manera que el diálogo pueda continuar», pero no aportó más detalles.
El gobierno y la alianza opositora iniciaron el 10 de abril un proceso de acercamiento con un primer debate televisado de casi seis horas.
El diálogo es una iniciativa de la Unión de Naciones Suramericanas para ayudar a poner fin a la crisis que enfrenta Venezuela que desde febrero se ha visto sacudida por protestas callejeras.
Universitarios y opositores, esencialmente de clase media, han salido a protestar contra la elevada inflación -que alcanzó el 59% anual en marzo-, el desabastecimiento de productos de primera necesidad y un alto índice de delincuencia.
Los incidentes han dejado 42 muertos, 835 heridos y unos 2.500 detenidos, de los cuales 252 permanecen arrestados y sujetos a procesos judiciales, según la Fiscalía General.
La coalición opositora, que agrupa a cerca de una docena de partidos y organizaciones, decidió a comienzos de la semana pasada suspender los diálogos en rechazo a la represión de las marchas de los universitarios. El presidente Nicolás Maduro defendió la noche del lunes el proceso de diálogo y afirmó que hay una campaña para tratar «matar el diálogo».