Los jóvenes, el diálogo y la esperanza

Varios días fuera del país, exactamente 20, aunque pendientísimo de lo que ocurría. Asistí a la canonización de los papas Juan XXIII y Juan Pablo II. Acto edificante, emotivo, lleno de esplendor, de fe y de esperanza. S.S. Francisco, quizás para animarnos a todos, a propósito de esa canonización ha dicho“los santos no son héroes, sino pecadores que confiaron siempre en  la misericordia de Dios”, una perspectiva distinta a la humana glorificación de los hombres. Los impecables no existen.
No deja de asombrarme que en estos días nada ha variado para bien en el país, a pesar del diálogo en pleno desarrollo. Es cierto, los acuerdos son lentos, no se llega a ellos de un día para otro, pero ya es tiempo de que algo se supiera, sin embargo, la vida transcurre igual, como si nada, entre bombas, detenidos, heridos y persecuciones.Nuestros jóvenes son los héroes de verdad en esta lucha. A veces los veo solos y creo que ellos quieren que sea así. Son los dueños de esta lucha. Han sufrido porque les duele Venezuela y les duele su futuro. No entiendo como venezolano y como padre de familia y como profesor que he sido, a un guardia nacional venezolano,  inclemente, llena de odio, arremetiendo con todo contra nuestros jóvenes. Me pregunto si esa actitud es así porque le da frutos políticos al régimen o si esa represión y violación de derechos humanos es producto de un grave resentimiento que el gobierno mismo ha cultivado e incrementado. Particularmente llama la atención la agresión contra las estudiantes. Los venezolanos aprendemos desde muy niños que a las mujeres “ni con el pétalo de una rosa”, aludiendo al trato amable y cordial que debe haber siempre con una dama y este régimen vaya si se ensañado contra las mujeres. La joven tachirense que todos hemos visto esposada a una cama en un hospital donde se trata las lesiones sufridas por la agresión de la Guardia Nacional, debería mover la conciencia de quienes forman parte de ese componente militar. Condeno categóricamente esa actitud, no parece de venezolanos.
Puede entonces avanzar el diálogo con el régimen que lleva a cabo estos desmanes. El país tiene razón de preguntarse cuál es la situación del diálogo. No nos llamemos a engaños, este régimen es fundamentalmente insincero, cuando adopta una actitud de aparente arrepentimiento es buscando mejorar su posición pero nunca porque esté arrepentido de sus actos. Lo compruebo con el caso de otra mujer, María Corina Machado, el TSJ acaba de negarle toda posibilidad de regresar a su curul y no hay duda que así lo decide cumpliendo órdenes del gobierno. Difícil dialogar con un interlocutor de esas características. Yo, por principio y convicción,  creo en el diálogo, pero se necesitan condiciones que el actual gobierno no tiene. Mi esperanza de acuerdos se esfuma.