Adolescente maltratada

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En un discurso al Congreso de la República democrática, el entonces Presidente de la República, Dr. Rafael Caldera, calificó a la Constitución de 1961 como una “hermosa doncella, mestiza, de negra y trenzada cabellera, tostada la piel clara por los soles del trópico, ágil y esbelta la figura”. Su hermosura perduró durante 39 años, hasta que fue sustituida por la actual, vigente desde 1999. Siguiendo ese símil femenino me atrevo a sostener, que nuestra actual Constitución, concebida bajo muchas expectativas por sus padres, en plena luna de miel, en una Venezuela alegre y festiva y bajo el efecto del encandilamiento de un promisorio caudillo, hoy finito por voluntad de Dios, dejó ya de  ser doncella, y es hoy una bella adolescente, maltratada, vejada y violada constantemente.
Exhibe huellas de perdigones y moratones en su cuerpo y sus ojos no dejan de llorar, no tanto por las bombas sino por la tristeza y el pesar espiritual que la invade. Pero conserva todo su valor y vigencia y cuenta con el apoyo de millones de seres  amantes de la libertad y de la democracia. Ella, ha sido víctima de algunos de sus propios hacedores, quienes irrespetan sus valores y tratan de amoldar su carácter y principios, a sus requerimientos políticos, contrariando así su voluntad y lo íntimo de su ser.
Esta sufrida adolescente próxima a cumplir 15 primaveras precisamente el 15 de diciembre del corriente año (aun cuando no hay certeza en su fecha de nacimiento), desde sus primeros pasos fue catalogada como avanzada y diríamos que “lanzada”. Muy expresiva, y hasta dicharachera, con mucha facilidad de palabra que expresa en 350 expresiones jurídicas, en comparación con su antecesora que ostentaba apenas 252. Desde su concepción le fueron inculcados como patrimonio moral, valores y principios de libertad, independencia, soberanía, igualdad, justicia; y en lo político, entre otros,  su amor por la democracia, preeminencia de los derechos humanos, ética y pluralismo político.
Ella confiesa -sotto voce- con el rubor pintado en su rostro y la ira inserta en su corazón,  lo que es ya voz pópuli: que ha sido víctima de abusos y es constantemente atropellada y expuesta al desprecio público, por defender el pluralismo. Hoy,  lucha denodadamente  por sus derechos tras improvisadas  “trincheras de la libertad”. A todas éstas, un   pariente Tramposo, Sinvergüenza y Jumento, que funge de su curador y protector, ha dictaminado que aquel principio que le fue transmitido de que los ciudadanos y ciudadanas tienen derecho a manifestar, pacíficamente y sin armas, sin otro requisitos que los que establezca la ley, no es un derecho absoluto, y que en consecuencia, quienes lo hagan sin autorización  incurrirán en delito. Esta lectura obviamente sesgada, –mi opinión- trata de justificar los atropellos a quienes luchan por los valores que constituyen su razón de ser. Opino, que tal interpretación constituye un exabrupto jurídico y sostengo que es un recurso al cual desesperadamente apela el  régimen actual, con pretensiones  de consolidarse e imponer un sistema comunista que ha fracasado  donde quiera se ha instaurado y trata con tal fin, de construir un andamiaje jurídico que lo sostenga, a semejanza del  establecido por Carl Schmitt en la Alemania de la dictadura nazi.

@rafagas40

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