El torneo Clausura terminó. El saldo para el Deportivo Lara no es el mejor.
Cerró fuera del pelotón de punta -octavo con 24 puntos, a 15 del campeón Zamora- y sin ofrecer pelea por el título, objetivo que se había planteado por allá en diciembre de 2013, cuando Rafael Dudamel tomó el timón.
Es un semestre que deja sabor agridulce. Hubo una notable mejoría en comparación con el Apertura, lo cual no deja de ser un logro, pero el equipo rojinegro se quedó muy corto en sus aspiraciones de alcanzar título.
Muy irregular, problemas para ganar, exceso de empates (9), y una cuota importante de puntos perdidos en casa. Tarea imposible lograr una corona cuando no se es capaz de sacar partido en reducto propio.
En fin, un semestre que deja más lamentos que alegrías. Pero para fortuna del cuadro larense, todavía tiene una oportunidad de salvar la temporada. Las condiciones del campeonato le ofrecen la posibilidad de tomar uno de los dos últimos disponibles a Copa Suramericana en la serie que se jugará desde el venidero domingo -a la par de la gran final entre Mineros y Zamora- con los ochos equipos que terminaron del puesto seis al trece en la tabla acumulada.
En los cruces que dejaron los resultados finales del Clausura el Deportivo Lara quedó emparejado con Carabobo. Parecía que Trujillanos iba a ser el rival larense en esta fase, pero la clasificación de Táchira a la ronda previa de la Libertadores, en lugar de Caracas, cambió las cosas a última hora y le deparó como contrincante el club de Valencia, al que no le ha podido ganar en la presente campaña y frente al que tiene una enorme sed de revancha.
Carabobo, como octavo de la acumulada, enfrenta a Lara, que terminó undécimo. El primer duelo de esta llave, programada a ida y vuelta, se juega el venidero domingo en el Metropolitano de Cabudare.
Y tres días luego es el cierre en la capital carabobeña. En esta instancia, ambos elencos comienzan de cero y los resultados previos son una mera referencia. Ahora bien, no puede olvidarse que la última visita de Carabobo al rectángulo de La Campiña dejó profunda amargura, producto de la goleada 4-2 que asestó el elenco de Jhonny Ferreira a la tropa de Rafael Dudamel y José Alí Cañas.