“Señor acepta mi realidad presente, soy parte de tu plan divino, sirvo, perdono, amo y agradezco. Hijo, te amé, te amo y te seguiré amando, eterna, intensa e incondicionalmente. Bendito seas por siempre Señor, amén”, así reza la oración que el grupo Padres y Madres con Hijos en el cielo eleva diariamente por aquellos niños y jóvenes que partieron a su encuentro con Dios. Ayer, en el Día de la Madre, Padres y Madres con Hijos en el Cielo, grupo con siete años de loable labor, efectuó el conversatorio Una esperanza de vida en la iglesia del Cementerio Metropolitano del Este.
Las señoras Wilma Guédez, Annery Mendoza, Adriana Lucena y Ana María Osmi comentaron que se reúnen en el citado lugar el tercer domingo de cada mes para brindar charlas y talleres a aquellas personas que han perdido un ser querido.
“A las madres les decimos, a través de nuestras propias experiencias, que es posible transformar el dolor en amor. Nosotros sensibilizamos a la familia en ese proceso tan difícil”, dijo Wilma Guédez. “A pesar de la muerte de un hijo, seguimos siendo madres porque se trata de un lazo eterno. Es posible recuperar la ilusión y la alegría”, añadió Annery Mendoza. A propósito de la visita al cementerio, se apreciaron largas colas para ingresar al camposanto y también para comprar flores.
Numerosos grupos familiares se acercaron desde tempranas horas para visitar a sus seres queridos que físicamente no se encuentran en la Tierra, pero que espiritualmente viven en los corazones de sus parientes. En el Día de la Madre destacaron las flores coloridas y la limpieza de lápidas.
Compartir en familia
Por tradición en este día tan especial, la familia se reúne para compartir e intercambiar obsequios. En la calles de Barquisimeto numerosos vendedores ambulantes ofertaron ramos de flores y diversos arreglos para quienes compran a última hora.
Igualmente, es un día para consentir a mamá, por lo que muchos establecimientos de comida se estuvieron repletos de madres con sus hijos, nietos y demás familiares. Muestra de ello es la familia García Puerta, la cual se reunió para compartir un almuerzo y dar ejemplo de valores, amor y solidaridad.
