¡Tascón ha muerto, viva Tascón!

Sucedió en el contexto del debate entre un grupo de estudiantes que quieren hacerse presentes en las protestas y los que quieren continuar con las actividades académicas: tras varios días de debate y de posiciones cerradas en bando y bando, un grupo de los que querían protestar publicaron una lista con los nombres de los que no querían interrumpir las clases. El acto muestra con cuanta frecuencia quienes adversan al gobierno utilizan sus mismas prácticas antidemocráticas: la exposición al escarnio público de quienes no están de acuerdo con ellos.
Es una práctica totalitaria inaceptable por quienes se declaran antifascistas y democráticos. Lo hizo Hitler cuando mandó a poner en la entrada de las universidades los nombres de los profesores y alumnos judíos para que los apalearan y expulsaran, paso previo para rebajarlos a la condición de despreciables cucarachas y luego eliminarlos pues aplastar una cucaracha, así tenga forma humana, no produce ningún remordimiento. En su momento, en Alemania había quienes no le daban importancia a esas listas pero ahora sabemos lo que vino después.
En política, al igual que en cualquier otro campo de actividad social, debe haber coherencia ética entre fines y medios. No es verdad que los fines justifican los medios, no es posible luchar con métodos antidemocráticos para lograr un fin democrático pues en algún momento los métodos perversos terminan por pervertir los fines.
En mi opinión, lo único correcto para convencer a los demás para que se sumen a las conductas que nosotros consideramos correctas es desarrollando argumentos, razones, explicaciones y escuchar pacientemente los motivos que los otros tengan para no apoyar nuestras causas. En el proceso descubriremos que los argumentos del otro pueden ser tan validos como los nuestros y escuchándolos, pueden surgir opciones válidas para ambos bandos.
Al luchar por una sociedad democrática debemos examinar con cuidado lo que decimos y hacemos, porque con palabras y con hechos, sin saberlo, podemos estarreproduciendo la sociedad que no queremos.