El Vaticano manifestó su prudencia ante una posible mediación entre el gobierno y la oposición en Venezuela tras casi dos meses de protestas, declaró este martes el portavoz de la Santa Sede, padre Federico Lombardi.
El vocero del papa Francisco reiteró a la AFP –tal como había declarado el sábado a medios de prensa locales–, que «la Santa Sede y el cardenal secretario de Estado Pietro Parolin, que conoce bien y ama Venezuela por haber sido nuncio en ese país, están dispuestos y deseosos de hacer lo posible para el bien y la serenidad» de los venezolanos.
Lombardi reconoció que el panorama en ese país sudamericano no es claro, y que por ahora «es necesario ver mejor cuáles son las expectativas y las bases para desempeñar un papel útil».
El gobierno venezolano aseguró el lunes que estaba abierto a una mediación del Vaticano o de la Unión de Naciones Suramericanas para iniciar un diálogo con la oposición, después de casi dos meses de protestas, iniciadas en la ciudad de San Cristóbal (oeste) y que dejaron 40 muertos y más de 500 heridos.
El papa argentino, que conoce bien la situación de América Latina, designó en octubre como nuncio en Venezuela, para suceder a Parolin, a un veterano diplomático, monseñor Aldo Giordano, quien fue Observador Permanente ante el Consejo de Europa en Estrasburgo.
Por su parte el cardenal Jorge Urosa, arzobispo de Caracas, ha manifestado su preocupación por la violencia que sacude a Venezuela.
El papa Francisco recibió en el Vaticano al presidente Nicolás Maduro el 17 de junio pasado, con el que acordó fomentar «un diálogo sincero y constante entre la Conferencia Episcopal y el Estado para el desarrollo de toda nación», según el comunicado oficial del Vaticano.
Cinco meses después, el papa recibió al líder de la oposición Henrique Capriles, quien le solicitó al pontífice que promueva «una salida pacífica y democrática» en Venezuela como mediadora entre todos los partidos políticos.
La jerarquía de la iglesia venezolana insta a la paz entre las partes y ha querido dejar atrás los años marcados por las tensas relaciones con el gobierno del fallecido ex presidente socialista Hugo Chávez (1999-2013).