Los visitantes del Cementerio Nuevo, ubicado en la vía Quíbor, se preocupan por el hampa desbordada en ese lugar. A pesar de ser un sistio donde hay espacio para la oración, la reflexión y recuerdos de los seres queridos fallecidos, los delincuentes se abren paso para cometer sus fechorías.
A cualquier hora, es un riesgo visitar la tumba de quien ha partido al encuentro del Padre. De allí, que los familiares de difuntos extiendan un llamado de atención a los cuerpos de seguridad a fin de que implementen medidas efectivas en contra del hampa.
Atracos a mano armada, robos de vehículos y hasta asesinatos, se han cometido en el camposanto que se encuentra ubicado al oeste de la ciudad. Escasos patrullajes ocurren en el sitio, cuestión que hace más angustiosa la situación para quienes acuden con el deseo de pasar un momento al lado de ese ser especial.
Hay testigos que aseguran cómo en otros casos, jóvenes desorientados utilizan el cementerio para abusar sexualmente de jovencitas con residencia en comunidades cercanas (San Francisco, Santa Isabel, Las Tinajitas, entre otras) y eso, en gran parte se debe a las fallas que presenta la cerca perimetral en algunos tramos. “Se meten por los huecos de la cerca”, aseguró uno de los hombres de mantenimiento.
Hace falta protección en el Cementerio Nuevo y, necesariamente, en los sectores vecinos, de lo contrario, los antisociales seguirán haciendo de las suyas. Algunas personas, por precaución, acuden a media mañana porque es el horario en el que acuden la mayoría de familiares y se protegen entre ellos.
Abunda la maleza
Por otra parte, es necesario que ocurra un mantenimiento general en las instalaciones del camposanto, colindante con la avenida Florencio Jiménez. La maleza cubre buena parte de los panteones, resultando difícil ubicar a los parientes que ahora descansan de este mundo, además de representar un obstáculo al momento de caminar.
“Es difícil avanzar de un lado a otro, en medio de los matorrales formados por doquier. Para que las tumbas de nuestros familiares estén limpias, debemos pagar un servicio privado porque la Alcaldía de Iribarren tiene olvidado por completo el Cementerio Nuevo”, sostuvo la señora Carmen de Gil.
Además el monte esconde alimañas que también hacen daño a los que visitan las tumbas. Picaduras y mordeduras han afectado la salud de grandes y pequeños. En este sentido, solicitan a la autoridad municipal, responsable de los camposantos, a fin de que simultánea a la labor de limpieza, lleven a cabo una fumigación para la mayor tranquilidad de los ciudadanos.
En los alrededores de la capilla católica, es donde se acumula la mayor cantidad de maleza. Por último, los hombres que se dedican a los mantenimientos particulares de los panteones, proponen que sean tomados en cuenta por la Alcaldía y, de este modo, se conviertan de manera oficial en el personal de aseo, generando una mejor apariencia y también proveyendo trabajo.
Fotos: Jairo Nieto
