La Iglesia católica celebrará los misterios de pasión, muerte y resurrección de Jesucristo como todos los años en esta Semana Santa, pese a que varios sacerdotes han sido víctimas de la inseguridad que azota al país.
Distintos hechos violentos han alcanzado a la iglesia en lo que va de 2014: El 15 de febrero dos presbíteros fueron asesinados en extrañas circunstancias en un colegio salesiano de Valencia; el 8 de marzo el padre Fernando José Ozal resultó herido de bala durante un robo que se registró en la comunidad El Silencio del municipio larense Andrés Eloy Blanco. Ese mismo día la Iglesia La Candelaria de La Victoria, estado Aragua, fue profanada y destrozada por desconocidos.
Tales hechos han sido rechazados por la comunidad general y no frenarán las actividades pautadas para la Cuaresma y la Semana Santa, aunque cada parroquia podrá adecuar los horarios en función de sus necesidades y la de los feligreses, como medida de seguridad, explica el arzobispo de Barquisimeto, monseñor Antonio López Castillo.
“Este tiempo debemos aprovecharlo para invitar al desarme de los grupos de civiles armados, pedir la liberación de los detenidos y que haya un encuentro sincero y profundo entre el gobierno y la oposición a fin de que propicien una salida a la inseguridad, la escasez y maltrato a los medios de comunicación”.
La oración y la reflexión en el seno de la familia es clave para prevenir la inseguridad y la violencia motivada, en muchos casos, por la pérdida de valores cristianos y humanos. “La familia deber ser orientadora y formadora de buenos ciudadanos, y el gobierno debería diseñar y ejecutar mecanismos de prevención de estas situaciones”.