Es importante decirle al presidente de la República Nicolás Maduro, que no se puede dialogar con el puño cerrado, no se puede llamar al diálogo insultando y descalificando, no se puede llamar al diálogo amenazando a los interlocutores con los cuales se quiere conversar y buscar soluciones.
Dicho pronunciamiento fue realizado por el presidente de la Comisión de Justicia y Paz de la Conferencia Episcopal Venezolana, monseñor Roberto Luckert, quien expresó que en la actualidad es necesario dejar a un lado los radicalismos con el único objetivo de conseguir la paz.
«Es importante clarificarle tanto al gobierno como la oposición que el diálogo es importante y para que exista un coloquio constructivo entre las dos partes, lo primero que debe haber es claridad y transparencia ante todo. “El diálogo supone y exige capacidad de comprensión y de tolerancia, es un trasvasar de pensamientos, es una invitación al ejercicio de las facultades superiores del hombre. Se dialoga con inteligencia. Bastaría esta razón para clasificarlo entre los mejores fenómenos de la actividad y de la cultura humana», precisó.
«Con el puño cerrado, las amenazas y las descalificaciones no puede haber confianza. Por lo tanto el diálogo promueve la confianza y la amistad. Entrelaza a los espíritus en la mutua adhesión a un bien que excluye todo fin egoísta», sostuvo.
Dijo también que se encuentra sumamente preocupado, debido a las detenciones que se han realizado en el país, ya que pudiese existir discriminación a futuro, tal como sucedió con la lista Tascón.
El también arzobispo de Coro pidió al presidente de la República Nicolás Maduro, «que no olvide que Venezuela es un gran país, no olvide que durante 40 años vivimos en democracia con todos los errores que supuso; que hace más de 40 años hemos dejado la dictadura, hemos vivido libres; no olvide Señor Presidente que Venezuela no es Cuba, no es una isla. No olvide señor Presidente que no salimos de la dictadura de Batista para caer en la dictadura de Fidel y de su hermano Raúl.Venezuela ha sido y quiere vivir en democracia y usted ha sido elegido democráticamente por los votos populares. No insulte, no descalifique, no desprecie, los que lo adversan son venezolanos y necesitan de su comprensión y también de un diálogo en el cual se respeten ambas partes y se busquen soluciones comunes a los problemas del país».