Los habitantes del este de la ciudad, mantienen las barricadas en las urbanizaciones más emblemáticas de la parroquia Santa Rosa. Varios días de protesta en contra del Gobierno, no agotan a los hombres y mujeres que utilizan estas barreras en las vías públicas para llamar la atención de las autoridades.
Seguiremos en la calle, afirmó Sonia Vargas, vecina de Fundalara, donde los escombros, desperdicios y hasta artículos reciclables fueron colocados en las calles y avenidas. “Nuestra lucha es pacífica; con una barricada no matamos a nadie. La inseguridad, escasez de alimentos y de medicinas, son motivo suficiente para protestar a diario”, dijo.
No obstante, otra parte de la población rechaza la manifestación de los vecinos, argumentando que ocasionan grandes congestionamientos de vehículos particulares y unidades del transporte público.
Salir al trabajo o lugares de estudios, se convierte en toda una odisea, entre tantos obstáculos, para los residentes del este y también afecta a los ciudadanos del municipio Palavecino.
Mientras que padres y representantes, expresan su descontento por la falta de clases en algunas instituciones. “Mi hijo lleva tres semanas sin clases; si bien acude el personal del colegio, los vecinos de la zona, no paran de colocar barricadas”, declaró Silvia Figueroa, representante del Colegio Padre Machado.
Desesperación
El sociólogo Nelson Fréitez, expresa que las barricadas “son medidas de desesperación ante la falta de escucha del Estado”. La gente pide solución a sus necesidades, dijo, exhortando a ambas partes a un proceso de diálogo sincero.
“Hay que analizar la situación; más allá de la basura colocada en plena vía pública, hay un sentir nacional de descontento.
A una parte de la población, le pesa la inseguridad, escasez, corrupción de las instituciones”, añadió.
El experto sugiere que, a la par de acercamientos y conversaciones de paz, existan hechos concretos en la solución de problemas, por parte de los organismos competentes o, de lo contrario, la situación no mejorará para los venezolanos.
Afectan jornadas de limpieza
Por su parte, el Instituto Municipal del Aseo Urbano para Barquisimeto (Imaubar) continúa con las cuadrillas de mantenimiento en las calles, sólo que al cabo de unas horas, las jornadas de limpieza se ven afectadas con la colocación de desechos.
El ingeniero Miguel Rojas, al frente de Imaubar, expresó que conservar limpia la ciudad es tarea de todos.
En este sentido, exhorta a los manifestantes a buscar otras formas de expresar sus ideas sin ensuciar las calles ni arruinar los espacios públicos. Son cerca de 200 trabajadores, los que limpian a diario el sitio de barricadas.