La Fundación Juan Carmona del diario EL IMPULSO, habituada a concebir extraordinarios eventos, abre su puerta al teatro “el génesis de todo”, como inmortalizó Isaac Chocrón (+).
Se trata de la exposición Una huella en el teatro venezolano, muestra itinerante que hace tres años concibió Espacio Anna Frank con el objetivo de “difundir la historia del teatro venezolano, resaltando el aporte de los creadores de ascendencia extranjera al desarrollo teatral de nuestro país, en particular los provenientes de la comunidad judía venezolana, divulgar los valores artísticos nacionales en el área teatral y mostrar cómo la sociedad venezolana a través de su interacción con creadores teatrales de ascendencia extranjera, ha abierto canales de diálogo entre diversas razas, visiones y creencias, promoviendo en sí misma valores como la coexistencia, el respeto al otro y la valentía moral”.
En baúles ha viajado este rastro indeleble del teatro venezolano desde 2008, fecha en la que se inauguró la muestra en el Ateneo de Caracas. Maracaibo y Paraguaná también han sido testigos de la exposición que proyecta más de medio siglo de la historia de nuestra escena nacional. Desde Juana Sujo, pasando por Román Chalbaud, Gilberto Pinto, Isaac Chocrón, Rajatabla y muchos más protagonistas de las tablas venezolanas.
Origen
Esta exposición documental, de carácter itinerante, que viaja en cinco baúles rodantes de medidas 125 x 162 x 82 centímetros cada uno y con un peso promedio de 87 kilos, es el resultado de una investigación que se prolongó por tres años, cuando “de manera rigurosa, un equipo de profesionales del Espacio Anna Frank, bajo la coordinación general de Ilana Becker, se dio a la tarea de revisar y seleccionar la documentación del acontecer escénico de más de medio siglo, en un afán de recrear y preservar la azarosa trayectoria del teatro en la memoria colectiva del habitante de hoy. El amplio proceso incluye los textos de obras significativas, así como estudios críticos, antologías, afiches, programas, vestuario y demás componentes del espectáculo, para la comprensión panorámica y directa de la evolución teatral ante un público amplio”.
Una huella en el teatro venezolano, auspiciada por Mercantil Banco Universal y Constructora Sambil, descubre el devenir histórico del teatro venezolano del siglo XX y su desenvolvimiento en los primeros años del nuevo milenio.
En este periplo de imágenes, pendones y reseñas de prensa, el público asiduo de la Fundación Juan Carmona, se encontrará con esas figuras del quehacer teatral que marcaron una época y fueron los artífices de esta historia en las áreas de actuación, dramaturgia, dirección, producción, gerencia teatral y docencia, todas ellas en el ámbito del teatro moderno profesional para adultos, producido en Caracas entre 1945 y 2006.
Selecto grupo de creadores
Entre esos personajes, propios y visitantes observaron a un selecto grupo de creadores, provenientes de comunidades de inmigrantes llegadas a nuestro país,, en particular la comunidad judío venezolana, la cual dejó una valiosísima impronta en la escena nacional. “Para comprender el desarrollo del movimiento teatral contemporáneo en Venezuela, la exposición se ubica en los marcos sociales correspondientes a diversos momentos históricos de nuestro país, tratando de establecer cierta correlación entre la dinámica social y la práctica teatral que se realizó en esos períodos. A través de esta mirada a nuestro teatro, se ha querido resaltar esa tolerancia y la pluralidad que ha existido en la sociedad venezolana y a las cuales queremos seguir apostando”.
Tolerancia, sinónimo de paz
Espacio Anna Frank se vale de Una huella en el teatro venezolano para hacer eco de la Declaración de Principios sobre la Tolerancia (ONU-1995), texto que expone que el teatro es el medio de comunicación más antiguo: tiene el poder de abrir horizontes de diálogo entre pueblos, razas, etnias y creencias. El teatro es formación, es divulgación de cultura, transmite sentimientos y recrea realidades; permite compartir ideas, mensajes, conocimientos y vivencias para poder apreciar y respetar la diversidad humana, estimulando el aprendizaje acerca del otro.
Añade la declaración de la ONU que el teatro es fuente de denuncia y de libertad de expresión; sirve de espejo para percibirnos como sociedad y así no olvidar lo que fuimos ni desconocer lo que somos.
“El teatro es tanto diversión como instrucción. A través de este arte, los grupos minoritarios de la sociedad han mostrado su integración y aportes”.
Venezuela, un país pluralista
La ficha técnica de la muestra da cuenta del aporte de notables figuras de origen judío: Elisa Lerner, Isaac Chocrón, Dita Cohen (fundadora del Centro Prisma), entre muchos más, quienes de una u otra forma han descollado en su tenaz esfuerzo por el devenir del teatro. “Esta exhibición también logra resaltar las características de inclusión y diversidad coexistentes a lo largo de la historia de este teatro. De ahí también que su contenido abarque, a la par que las más relevantes figuras de origen venezolano, a aquellos extranjeros -como Alberto de Paz y Mateos (España), López Obregón (México), Juana Sujo (Argentina), Horacio Peterson (Chile) y otros tantos, que determinaron los derroteros del acontecer escénico con sus perspectivas innovadoras”.
En ese sentido, expone el catálogo, Venezuela ha sido un país pluralista, que ha abierto sus puertas de par en par a cientos de inmigrantes provenientes de todos los confines del mundo.
“Entre esos afortunados, se encuentran los judios, quienes llegaron a nuestras costas… Susana Rotker, en su libro Isacc Chocrón y Elisa Lerner, los transgresores de la literatura venezolana, explica que “el judío quiere ser como todos los demás, quiere integrarse a la sociedad en la que vive, pero a la vez desea conservar su identidad cultural-religiosa-familiar, oscilando entre dos movimientos, hacia fuera y hacia dentro… por medio del teatro, el judío logró una comunicación con la sociedad que lo adoptó… esta expresión le facilitó su reconocimiento en aras de una mejor coexistencia”.
Las entrevistas que aparecen en la muestra descubren que los creadores asumieron con orgullo su condición judía, igualmente, se reconocieron plenamente como venezolanos.
“Una huella en el teatro venezolano da cuenta de ese gran amor que dejaron los creadores judíos venezolanos sobre las tablas nacionales”.
Detalles de la muestra
Se conoció que el texto central de la muestra fue escrito por Javier Vidal, quien acertadamente seleccionó los títulos de cada período, realizando un juego de palabras con los términos libertad, dictadura y palabra, para dejar entrever «el momento político del país y el compromiso del artista con su contexto y consigo mismo”.
Rebeca Lusgarten, encargada de las entrevistas, textos e investigación, es otro nombre digno de encomio, así como el de museógrafo JF Canton, quien diseñó las dispositivos donde se despliega la muestra. El diseño gráfico estuvo en las manos hábiles de Alan da Costa y Kevin Wasiman.
Cada período se haya ilustrado con fotografías, programas de mano, copias de vestuarios, elementos de la escenografía de los montajes realizados, grupos e instituciones teatrales y lista de los dramaturgos, los montajes teatrales y las personalidades que marcaron ese lapso histórico.
Un Huella en el Teatro Venezolano busca reforzar el mensaje de tolerancia y pluralidad en todos los sectores del país que, desde sus orígenes, ha enfatizado la representación teatral. Comprende las entrevistas realizadas a 29 dramaturgos, directores, actrices y actores, elaboración de guiones y textos, además de un interesante trabajo museográfico.
Los baúles, correspondientes cada uno a diferentes períodos históricos, se encuentran diseñados de tal forma que pueden desplegarse y cerrarse para facilitar su traslado a cualquier espacio seleccionado para tal fin. Los mismos contienen información escrita acerca del marco social y la actividad teatral de la época, ilustrado todo con fotografías.
La itinerante ha hecho presencia en el Ateneo de Caracas, Museo Kern, Universidad Católica Andrés Bello, Universidad Central de Venezuela, Universidad Simón Bolívar, Centro Cultural Trasnocho Paseo Las Mercedes, Sambil Maracaibo y Sambil Paraguaná.
En los inicios del teatro, las compañías teatrales iban de pueblo en pueblo y de ciudad en ciudad, presentando sus obras a través de escenarios desmontables que eran transportados en baúles. Esta experiencia cultural será revivida a través de esta exposición itinerante.
La mayor parte de este material es inédito, hilvanado de manera didáctica en líneas de tiempo con un interesante trabajo museográfico y documentación gráfica que incluye hasta notas de prensa de todas las épocas.
El sueño de contar la historia teatral venezolana se logró gracias al Espacio Anna Frank, institución privada sin fines de lucro que nace en octubre de 2006 para promover valores, como la coexistencia, el respeto a las diferencias y la valentía moral en aras de una convivencia armónica en sociedad.
Fuente: Espacio Anna Frank
Fotos: Billy Castro
