A través de un comunicado, Iván Simonovis, lamento que se cumpla un año en la prisión militar de Ramo Verde y 7 meses sin respuesta del Tribunal. Afirmó que Leopoldo terminó siendo otra víctima más del genuflexo «sistema de justicia» venezolano.
Hoy cumplo un año en la prisión militar de Ramo Verde y 7 meses sin respuesta del Tribunal de Ejecución sobre la medida solicitada en julio del 2013. En 9 años y medio tras las rejas me ha tocado recibir a varios perseguidos políticos, aunque a estas alturas no haya podido estrecharle la mano a Leopoldo López, porque está en un sitio aislado. Sin embargo, le expreso mi reconocimiento y apoyo, a él, a Leopoldo y a los valientes jóvenes de este país.
Leopoldo López interpretó el descontento de los venezolanos traducido en la falta de alimentos, de insumos médicos y el asesinato de 25.000 personas durante el año 2013 en Venezuela, donde la mayoría de los fallecidos eran menores de 30 años.
Vivimos una seguridad endémica y los jóvenes han decido manifestar porque no tienen futuro, porque ven las injusticia y quieren que el gobierno se ocupe en arreglarlas. Sin embargo Leopoldo terminó siendo otra víctima más del genuflexo «sistema de justicia» venezolano, el que sistemáticamente niega lo que por derecho le corresponde a cualquier ciudadano. No es ningún secreto que quienes hoy día ostentan el poder han demostrado en distintas formas su carencia de escrúpulos.
Si un gobierno es permisivo con el crimen, los delincuentes terminan gobernando. Prueba de ellos son los grupos armados que bajo la aquiescencia del gobierno actúan contra la sociedad civil.
Algunos de los «Colectivos» se caracterizan por el uso de la intimidación tosca, para sofocar todo intento de ejercer el derecho a manifestar. A pesar de esto, miles de venezolanos han mantenido una protesta social vehemente y especifica, en especial los jóvenes quienes han resistido todas las pruebas, sin debilidad, ni temores.
El gobierno debe entender que el compromiso de NO VIOLENCIA debe ser de lado y lado, pero el primer paso lo da quien ostenta el poder. Sentémonos a dialogar.
Si realmente queremos tener un país libre y de los venezolanos, no podemos desertar de los compromisos. Todo cuanto representa una cuota de sacrificio y abnegación tiene un valor imponderable en la lucha por la paz y la libertad. Nada debe detenernos, ni callarnos a la hora de cumplirle a Venezuela. No se nace valiente. Todo radica en cómo se reacciona ante los retos de la vida.