Una ciudad con dos realidades se mostró ayer. Barquisimeto se encontraba dividida en dos situaciones completamente diferentes.
Mientras que en diversas zonas del este vecinos trancaron su calle desde tempranas horas de la mañana, recibiendo el sol con barricadas, escombros y cercas que impedían el paso vehicular, en el oeste la situación era completamente lo contrario, las actividades comerciales y de servicios se desarrollaban con normalidad hasta llegado el mediodía.
Los bancos se mantuvieron abiertos para este sector, así como en el centro de la ciudad, donde los abuelos hacían sus colas para cobrar la pensión que se comenzó a cancelar el día de ayer.
Las tiendas del bulevar de la avenida 20 la mayoría abiertas a la espera de compradores, otra cerradas por precaución, pero gran cantidad de personas recorriendo este sector y haciendo sus respectivas diligencias de rigor.
Otras personas, se dedicaron a hacer mercados y los establecimientos lucían abarrotados de personas que tuvieron que hacer largas colas para poder ingresar.
“Estamos comprando lo que consigamos, son medidas de prevención por si ocurre algo poder tener comida en casa”, aseguró Ángela Sequera, quién a eso de las 9:00 de la mañana se mantenía a la espera para ingresar al Central Madeirense del Centro Comercial Los Leones.
Protestas aisladas
Algunos estudiantes de liceos del oeste, a media mañana, decidieron tomar las calles.
Uniformados con sus chemises azul y beige, salieron a las calles para unirse a las manifestaciones.
En el Liceo Villavicencio, jóvenes cerraron las calles que rodean la institución y con cauchos expresaron su descontento; al igual que en el Liceo Javier, Liceo Obelisco e instituciones aledañas a la Florencio Jiménez, que se unieron para llegar hasta la redoma de El Obelisco, donde se desarrollaba una actividad recreativa de la Oficina Nacional Antidrogas.
Estas manifestaciones fueron disueltas por efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana, quienes recorrían estos sectores.
Transporte a media máquina
En el Terminal de Pasajeros de Barquisimeto, las salidas hacia los destinos de Caracas, Acarigua, Guanare y Los Andes estaban suspendidos debido a las fuertes protestas en estas zonas. Además, algunos transportistas manifestaron estar trabajando “a su propio riesgo”, ya que no sabían que podían encontrar en el camino o si quedaban atrapados en alguna protesta.
“No queremos dejar a los usuarios sin el servicio pero estamos trabajando con peligro. Buscamos otros caminos para sortear las manifestaciones y poder salir de la ciudad pero la situación está muy difícil”.
En las calles, también el transporte urbano era limitado. Para la zona del este de Barquisimeto muy pocas rutas transitaban debido a las barricadas que la ciudadanía instaló en diversas calles y urbanizaciones.
En el oeste sin embargo, en horas de la mañana, las actividades se desarrollaron con normalidad, las rutas cumplían su recorrido por los sectores y hasta Transbarca circulaba por la ruta del centro y avenida Libertador sin problemas y abarrotado de usuarios.
Erick Zuleta, presidente de Fedetransporte destacó: «Hasta tanto no tengamos un mínimo de garantías, estará restringido el servicio de transporte».
Informó que para el día miércoles, varias unidades de la Ruta 10 fueron asaltadas, debido a la falta de vigilancia policial en algunos sectores como El Jebe.
«Fueron atracadas 8 unidades de transporte porque con toda esta situación el hampa se soltó el moño. Estamos en anarquía y así los transportistas no podemos estar en las calles. Hemos coordinado con los choferes para que, en caso de ver situaciones irregulares en su ruta, guarden sus unidades para no poner en riesgo su integridad física y la de los pasajeros».
Miedo y tensión
Habitantes de la zona oeste salieron con temor a sus trabajos porque estaba la amenaza de que en horas de la mañana varias zonas de la ciudad estarían trancadas, además que por toda la noche del miércoles en varios sectores estuvieron asediados por grupos de motorizados armados, quienes se encargaron de causar estragos y dispararon contra zonas residenciales.
Aquellos que salieron a las 7 de la mañana pudieron hacer uso del transporte público, pero media hora después las paradas por toda la carrera 15 se observaban abarrotadas de personas, cuando mínimo se veían grupos de cinco personas, otras en las que se encontraban más de diez, algunos perduraron por más de una hora y se devolvían a sus hogares, otros tomaban libres, aunque si los destinos eran la zona del este o el municipio Palavecino el trabajador del volante se negaba, pues indicaban que no había paso por las manifestaciones.
Elvia de Peña se trasladó hasta la carrera 18 con calle 55 para llevar al colegio a su hija, de forma inmediata fue despachada, porque la mayoría de las profesoras no había podido llegar al plantel educativo.
Se conoció que hubo otros planteles en la misma situación. En el colegio María Auxiliadora, se recibieron los alumnos, pero muchos representantes los retiraron a mitad de mañana por temor a las manifestaciones.
Mayra Borges, quien es docente trabajadora de un centro de educación inicial en Nueva Segovia, también se encontró con el problema del transporte público.
A pesar de que en horas de la mañana no se sabían de protestas por la zona oeste, con el pasar de las horas era más escaso el tránsito vehicular a horas de mediodía.
Compran comida
Son muchas las personas que se encuentran asustadas por la situación del país, en la zona oeste se observó en carnicerías, ferias de las verduras y abastos, algunos haciendo grandes mercados, debido a que muchos manifestaban que temían por lo que podía pasar y preferían estar prevenidos ante la situación.