A quien no le ha pasado que al ver las propagandas de un determinado gadget, inmediatamente t enamoras de el y hasta das la vida por tener uno, pero luego de un tiempo, cuando este se hace muy popular, sencillamente deja de gustarte. Esta es la conclusión a la que han llegado los investigadores de la Penn State University que consideran que un producto tecnológico debe ser original, atrevido y atractivo para convencer a la audiencia, pero en cuanto este se vuelve masivo, ese punto de atracción desaparece y deja de ser interesante.
¿Qué hace que un gadget nos seduzca?
Al parecer esta atracción puede moverse como una ola. A priori, un grupo de individuos que suele sobresalir de entre la multitud por encontrarse siempre un paso por delante del público general, comienza a utilizar un dispositivo o gadget. Una vez que el uso se ha extendido entre este primer grupo, es adoptado por la multitud. Sin embargo, si dicho producto se vuelve excesivamente popular, pierde su atractivo.
Esto se convierte en un dilema, ya que la mayoría de las empresas busca que sus productos seduzcan al público y con ello aumentar sus ventas, pero en cuanto esto se produce, poco después los productos se vuelven menos atractivos y como consecuencia bajan las ventas, lo que obliga a que exista una constante innovación en el mercado para paliar esta tendencia.
A pesar de todo, el atractivo puede recuperarse con el paso del tiempo gracias a una elite que da más importancia a su significado que a su utilidad y prestaciones. De ahí que dispositivos como el tocadiscos hayan vuelto a ponerse de moda.