Ante el manejo de la información sobre las protestas de estudiantes universitarios por parte de algunos medios de comunicación, la directiva nacional del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa (SNTP) ha convocado a una asamblea general extraordinaria para discutir todo lo relacionado con lo que ha sido descrito como “un blackout (apagón) informativo”.
Específicamente se busca contar con comunicadores sociales, periodistas, estudiantes, gente relacionada con los medios y activistas por la libertad de expresión; para construir una estrategia que permita hacer frente a los impedimentos a la información veraz y oportuna sobre lo que acontece en el país.
El evento se llevará a cabo hoy, a las 10 de la mañana, en las instalaciones del Centro Cultural Chacao, ubicado en el sector caraqueño de El Rosal.
Organizadores de la actividad resaltaron la importancia del aporte de cada uno de los asistentes para garantizar la libre circulación de la información en un clima de represión y persecución.
Ola de autocensura
En atención a su papel como rector de la actividad periodística en el país, así como custodio y garante de la libertad de expresión, el Colegio Nacional de Periodistas (CNP) rechazó la “ola de autocensura” que ha sido impuesta a los medios de comunicación, especialmente los radioeléctricos, que han dejado desinformada a la colectividad venezolana sobre los hechos de violencia suscitados en algunas ciudades como San Cristóbal, Mérida, Valera, Barquisimeto y Caracas; los cuales han dejado un saldo lamentable de muertos y heridos.
“Nuestro Código de Ética, recientemente revisado, contempla que la información debe ser veraz, oportuna e imparcial, por lo que estos tres principios deben ser la guía para el ejercicio profesional a la hora de informar”, reza un comunicado emitido por el CNP - Seccional Lara.
El gremio periodístico estima que la censura a la televisión, más la negativa del Gobierno de permitir a los medios impresos la adquisición de divisas para la compra de papel a proveedores extranjeros –lo que ha generado al menos una decena de periódicos cerrados– han sumido a Venezuela en una hora negra de desinformación que atenta directamente contra la condición democrática del país.