Vientos de fronda

Todas las condiciones están dadas. Hablan de “Vientos de Fronda”. La gente está esperando algo. No es para menos. El país está en el suelo. No se sabe quién realmente manda, si Maduro, Diosdado o Rodríguez Torres. El primero da palos de ciego, sobran ejemplos: designa un Ministro de Comercio y lo destituye en quince días. Inaugura la Serie del Caribe, compra el PSUV todas las entradas del estadio para el primer juego y el público le grita “fuera”. Está amenazando, cual dictador norcoreano a empresarios, estudiantes, prensa escrita, sindicatos y está detrás de la orden de criminalizar la protesta.
El segundo, tiene revuelta la FANB. Un Presidente del Poder Legislativo cambiando altos jefes militares, amenazando a otros,  invadiendo competencias, vestido de militar y boina,  anunciando un golpe, que no se sabe si lo quiere dar él. No menciona a Venezuela, dice que el difunto Chávez es la Patria. Está nervioso, sabe que la tormenta está a las puertas del poder. Existe la matriz de opinión que es el hombre con más dinero en Venezuela.
Y el tercero, Ministro de Interior y Justicia,  recorriendo silenciosamente el país, reunido con todos los sectores del gobierno y la oposición, asesorado por zorros de la política. No se sabe si está trabajando para él o para quien quiere encabezar la transición. No hay duda que en la FANB sería el contrapeso a Diosdado y es realmente el hombre más inteligente en el gobierno.
El país va quedando aislado. A ningún extranjero se le aconseja invertir porque la economía venezolana es la más riesgosa del mundo. Líneas aéreas internacionales reducen los vuelos, ha disminuido en 20% la gasolina para los aviones. No hay repuestos para los vehículos,  productos farmacéuticos elementales, jabón de ninguna clase, aceite, hojillas de afeitar, azúcar, cabillas, cemento, cuarenta productos alimenticios tienen fallas de abastecimiento. 3900 contenedores con alimentos están abandonados o con retrasos en Puerto Cabello. En cinco meses más vence la compra de gas a Colombia.  Las tiendas están sin mercancía. Las ensambladoras de vehículos están paralizadas y la Toyota anunció que se va de Venezuela. Es el socialismo del siglo XXI, impuesto a Venezuela desde Cuba.
La oposición luce dividida. Capriles en vez de pedirle la renuncia a Maduro lo invita a que se ponga a trabajar. El extraordinario trabajo de Ramón Guillermo Aveledo en la MUD, parece estar haciendo agua. Leopoldo López y María Corina se abren camino. Ledezma luce el más sereno y sensato ante las circunstancias. Todos los órganos de opinión pública le están dando páginas en los diarios, portadas de revistas, entrevistas  de televisión. Se habla de pactos con el oficialismo de algún partido político de oposición. La Iglesia llama al dialogo. Pero el gobierno no entiende el mensaje. Monseñor Lückert va a visitar en la cárcel al ex ministro de la defensa de Chávez, Baduel, y la reacción oficial es prohibir las visitas a los presos políticos.
Hoy 12 de febrero, Día de la Juventud, hay anunciadas movilizaciones en varias ciudades. Ya se han dado en San Cristóbal, Mérida, Barquisimeto y en la Isla de Margarita. Es evidente que la calle está prendida. Es imponderable lo que nos espera en un futuro inmediato. Maduro puede terminar como “cabeza de turco”, a la hora de echar la culpa de todo lo que ocurre a alguien que sirva al pueblo como chivo expiatorio. La gente analiza tres salidas: la convocatoria a una constituyente, que llevaría su proceso de recolección de firmas y con un CNE poco confiable; esperar el referéndum revocatorio dentro de año y medio, lo que empeoraría más la situación actual; o como solución inmediata solicitar la renuncia del mandatario y la salida de los cubanos de Venezuela. Se descarta el golpe de Estado, porque no hay militares para ello y porque la comunidad internacional no lo aceptaría. De todos modos, la brisa que sopla es pesada, es “viento de fronda”.