Una comitiva de la FIFA llegará el martes a Brasil para supervisar el avance de las obras en seis ciudades que recibirán el Mundial-2014, luego de que su secretario general, Jerome Valcke, planteara serias dudas sobre la capacidad del país de organizar el evento a tiempo.
A partir del martes, unos 40 especialistas de la FIFA y el Comité Organizador Local (COL) del Mundial inspeccionarán durante una semana el avance de las obras en los estadios de Sao Paulo, Porto Alegre, Curitiba, Cuiabá, Manaos y Natal, seis de las 12 ciudades sedes del Mundial.
El grupo observará la planificación operacional de los estadios, incluido «el tráfico, la seguridad, las orientaciones del público», señaló el gerente de operaciones en estadios del COL, Tiago Paes, en un comunicado.
En septiembre, la comitiva de la FIFA visitó estadios de otras seis ciudades, probables sedes de la Copa Confederaciones de 2013, que servirá como una suerte de test para el Mundial un año después.
La delegación llega a Brasil en medio de un cruce de acusaciones entre el gobierno y la FIFA por el atraso en las obras.
El viernes, Valcke afirmó que Brasil necesita «una patada en el culo» para avanzar en los preparativos, y el gobierno brasileño lo vetó como interlocutor por sus declaraciones «inapropiadas».
El ministro de Deportes, Aldo Rebelo, enviará este lunes una carta al presidente de la FIFA, Joseph Blatter, para solicitar oficialmente que cambie a su interlocutor con el gobierno brasileño, dijo a la AFP una portavoz del ministerio.
Valcke sostuvo el viernes que Brasil parece más preocupado por ganar el Mundial que por organizarlo. «Estamos preocupados porque nada está hecho o preparado para recibir a tanta gente», afirmó.
Uno de los principales asesores de la presidenta Dilma Rousseff, Marco Aurelio García, tildó a Valcke de «sinvergüenza» y «boquirroto».
Valcke «ya está excluido» como interlocutor entre la FIFA y el gobierno, afirmó García en la ciudad alemana de Hanover, donde Rousseff cumple una visita oficial.
Pese a todo, Valcke mantiene para el 12 de marzo su viaje a Brasil para evaluar el avance de las obras para la Copa Confederaciones, que tiene al momento cuatro sedes confirmadas: Rio de Janeiro, Brasilia, Belo Horizonte y Fortaleza. El gobierno quiere incluir también a Recife y Salvador, pero depende del avance de las obras.
Y aunque el ministro de Deportes destacó que la mayoría de las obras de los estadios respetan los cronogramas previstos, es posible que la comitiva de la FIFA se encuentre con las obras paralizadas en el estadio de Porto Alegre.
Las reformas del estadio Beira Rio fueron están detenidas desde al menos hace ocho meses por problemas de contrato con la constructora, que debe reunirse este lunes con la alcaldía y el banco Banrisul para aprobar el préstamo que garantice los trabajos y la entrega del estadio en diciembre.
«Ciertamente, Brasil tendrá 12 estadios prontos para la Copa (algunos, probablemente la víspera de la apertura del campeonato). Pero las demás obras de infraestructura (…) en su mayoría patinan», señaló José Roberto Bernasconi, presidente de Sindicato de Arquitectura e Ingeniería de Sao Paulo (Sinaenco), en el portal Copa2014 de la agremiación.
Para Bernasconi, los dos sectores con mayor falta de planificación son la modernización de los abarrotados aeropuertos y la ampliación de las redes de transporte urbano.
La FIFA también presiona a Brasil para que apruebe el proyecto de ley general de la Copa del Mundo, que establece el marco legal para el evento e incluye aspectos polémicos como la venta de bebidas alcohólicas en los estadios o entradas a mitad de precio a estudiantes y mayores de 60 años.
Tras un nuevo aplazamiento la semana pasada, la votación en una comisión del Congreso tendría lugar este martes. Luego debe ser aprobada por el plenario de la Cámara de Diputados y el Senado, y ratificada por Rousseff.
Foto: AP