Capitalismo Lunar
El papel de EL IMPULSO
Nunca la omisión tuvo tanto olor a ensañamiento. No otra cosa puede concluirse, al constatar la grave situación que vive el Diario El Impulso, junto a otros medios de comunicación impresos de Venezuela, ante la negativa por parte del gobierno de Nicolás Maduro de aprobar tangible, concreta y efectivamente, las divisas necesarias para la compra e importación del papel necesario para su funcionamiento, y la reducción paulatina de los inventarios de este insumo que no ha podido reponerse.
Es triste costumbre del Ejecutivo Nacional, a través de sus diversos e inefables voceros, soslayar, invocar la exageración, minimizar, burlarse o ignorar de la manera más fresca muchos de los problemas que aquejan al país, y que son de su exclusiva y total responsabilidad, como la referida, en este caso, a la administración del sistema cambiario, sobre el cual se decidió días atrás una devaluación, aunque esta palabra no quiera ser mencionada por ningún funcionario, y se niegue con la misma fuerza con la que la realidad refleja y presenta lo contrario.
Luego de 15 años de gobierno “revolucionario”, en el que la refundación del Estado en la práctica lo ha refundido, con una burocracia que ha crecido para aumentar el control en la economía nacional y aplicar erradas y jurásicas decisiones que nos han colocado en esta parálisis de facto, la sociedad venezolana ha sido testigo del avance de un proyecto político cuyo único objetivo es el de acabar, no sólo con empresas, “especuladores” o “burgueses apátridas”, sino con una forma de vida y convivencia. Quienes pensaban que la palabra “comunismo” era solo elucubración exagerada o extrema para calificar el talante y finalidad del proyecto político en el poder, con solo echar un vistazo a lo que dispone la nueva Ley Orgánica de Precios Justos, y la manera en la cual suprime, limita y restringe, de facto, la propiedad privada en el país y su viabilidad, entenderán que el término se va ajustado tristemente a su acepción más certera como lamentable.
Los cambios en el mundo de los periódicos, diarios y otros medios de comunicación impresos a nivel mundial, están relacionados con el impacto que las nuevas tecnologías de la comunicación y el uso de redes sociales están generando en los hábitos de lectoría, en los contenidos y en las formas de interacción que demandan estas transformaciones. Pero cuando lo que amenaza a un medio de comunicación impreso no responde a su entorno natural, sino a un gobierno que, por acción o sospechosa omisión, incumple con su responsabilidad al no entregar, por los canales y requisitos establecidos, los dólares para la compra de papel e insumos, se está en presencia de un mecanismo censurable, reprochable e inmoral, que pone en tela de juicio el carácter “democrático” de quienes detentan el poder.
El Impulso, nuestro Decano regional de la prensa escrita, nuestro canal de conexión con el hecho noticioso, el reflejo de nuestra cotidianidad crepuscular desde hace 110 años, necesita papel para poder seguir en sus manos, estimado lector, amable lectora. El próximo mes de marzo cumpliré 17 años escribiendo en estas páginas, sin saber tristemente si alcanzarán hasta ese momento. Por ello, sintiéndome un miembro más de esta gran familia que es EL IMPULSO para los larenses y para el país, me sumo al clamor de un pueblo que apoya a una empresa devenida patrimonio de los larenses, y que ve peligrar su continuidad, así como los puestos de trabajo y sustento de todos aquellos que hacen posible su existencia, funcionamiento y circulación, por la despreciable omisión y sospechoso silencio de aquellos que pretenden reemplazar la realidad por un guión bañado de ideología y sumisión.
No olvidemos que el papel de EL IMPULSO, ese que se ha ganado a través de dos siglos, se mantiene más vigente que nunca: el de mantenernos informados, y el de buscar y defender la verdad, junto a todos los que la valoran y defienden, aun a costa de su propia existencia.
@alexeiguerra
