Cuba regresa a la Serie del Caribe después de más de medio siglo de ausencia para oxigenar el campeonato regional que ha venido a menos en sus últimas ediciones.
Villa Clara, monarca de la pasada temporada de la liga cubana de béisbol, jugará el torneo en calidad de invitado, el primer conjunto cubano que participa desde que Cienfuegos ganó el título en 1960.
Los campeones de Venezuela (Navegantes de Magallanes), República Dominicana (Tigres del Licey), Puerto Rico (Indios de Mayagüez) y México (Naranjeros de Hermosillo) completan la cartelera del torneo, que se realizará por segunda vez en Isla Margarita y debuta un nuevo formato con una primera ronda todos contra todos, semifinales y una final.
“Creo que el nuevo formato y el aporte de Cuba en lo deportivo será muy beneficioso para todos”, dijo Oscar Prieto Párraga, presidente de la Liga Venezolana de Béisbol Profesional y expropietario de los Leones de Caracas.
“No es un secreto que la serie había decaído, pero con estos cambios, creo que se puede conseguir que muchos peloteros vuelvan a interesarse en participar y el gran beneficiado será aficionado que tendrá la motivación de ver una verdadera final y buen béisbol”, agregó el dirigente en alusión al desgaste del formato original de la Serie.
El año pasado, el clásico caribeño se jugó bajo el formato de todos contra todos a dos vueltas, pero con la novedad que los dos equipos con los mejores registros tras el “round robin” disputaron una final, que ganaron los Yaquis de Obregón.
Las ediciones de 2011 y 2012 se disputaron en general con escasa asistencia, especialmente en la última jornada en la que ya había un campeón.
Otro factor que le juega en contra al torneo es que termina a menos de dos semanas del inicio de los campos de entrenamiento de Grandes Ligas, por lo que muchas figuras prefieren no participar para tener más descanso.
Villa Clara, monarca del campeonato cubano de 2012, representa a la isla como invitado, lo que significa que sus jugadores no cobrarán premios si ganan el torneo. La presencia de Cuba fue posible por la aprobación del Departamento de Estado de Estados Unidos, ante las leyes del embargo económico de ese país contra la isla.
Cuba ganó siete de las primeras 12 ediciones disputadas en este torneo regional, que se disputó por primera vez en la mayor de las Antillas en 1949. Su participación terminó cuando Fidel Castro prohibió el deporte profesional en Cuba en 1960.
“El béisbol venezolano, mexicano y dominicano ha crecido mucho, no somos los mismos de hace 50 años. Por eso muchos pensamos que si Cuba no hubiese dejado la Serie, igual no le sería tan fácil ganar ahora como antes”, comentó Ramón Hernández, el jugador más valioso de la final venezolana con los Navegantes.
“Pero cuidado, los cubanos tienen para dar pelea, de eso no tengo dudas”, añadió.
Los Tigres del Licey parten como favoritos para conquistar el título y ampliar el liderato dominicano en el torneo, con una nómina en la que destacan Leury García, Emilio Bonifacio y Ricardo Nanita. República Dominicana es el país con más coronas de la Serie (19), incluyendo las 10 del Licey.
México se alzó con la corona en dos de las últimas tres ediciones, ambas cortesía de los Yaquis de Obregón. Esta vez el representante mexicano son los Naranjeros de Hermosillo, campeones en 1976 y que apuestan a un cuerpo de relevistas que incluye a Jason Urquídez, Dennys Reyes, José Cobos, José Manuel Salas y Oliver Pérez.
Magallanes tratará de ganar su tercer título con una novena apuntalada por un solvente cuerpo monticular en el que destaca el cubano Hassan Pena, relevista del año con 12 rescates en 13 oportunidades con 23 ponchados y una efectividad de 2.45.
La ofensiva es una de las dudas del equipo, ya que no contará con los grandesligas Pablo Sandoval, Ronny Cedeño y Alberto Callaspo, entre otros, que fueron claves en la conquista del campeonato venezolano.
Los Indios aspiran poner fin a una sequía de 14 años de Puerto Rico sin conseguir el título.