Las familias de la urbanización Rafael Caldera, parroquia Juan de Villegas, no están respirado aire puro. Desde hace varias semanas, falla la recolección de basura, lo cual genera malos olores donde reposan las bolsas con desperdicios.
En este sentido, exhortan al Instituto Municipal del Aseo Urbano (Imaubar) a fin de que mejoren el servicio, sobre todo, ante la amenaza de que aparezcan posibles enfermedades a causa de la insalubridad.
“Nos molesta que a pesar de cancelar puntualmente por el servicio, no cumplan con la comunidad, la contaminación está creciendo y se pone en riesgo la salud de muchas personas, en especial, la de niños y ancianos”.
Así lo expresó Mónica Pérez, vecina, quien además solicitó un operativo de limpieza para la quebrada que atraviesa el urbanismo popular, cercana a la Zonas Industriales de Barquisimeto.
Vialidad en franco deterioro
Otra de las preocupaciones que expresan los residentes de La Caldera, como también es conocida la urbanización, es la vialidad en mal estado.
Si bien el gobierno municipal, en la gestión de Amalia Sáez, ejecutó bacheos, apenas repararon las vías principales; las transversales quedaron deterioradas y continúan causando problemas en los carros de los vecinos.
Unidades del transporte público, también sufren daños en el tren delantero, entre otras partes mecánicas, generándoles gastos muy elevados en las reparaciones. Sólo el tren delantero de una buseta, pudiera contar con una reparación valorada en 2.500 bolívares aproximadamente.
Solicitan que la Empresa Municipal de Infraestructura y Conservación del Ambiente (Emica) ejecute una pronta rehabilitación en las calles más deterioradas, mejoras que igual deberían ocurrir en las canchas deportivas alcanzadas por la desidia.
Seguridad y alumbrado público
Por otro lado, preocupa la falta de alumbrado público. Los vecinos hacen un llamado de atención a la Corporación Eléctrica Nacional (Corpoelec) para que revisen las luminarias de la urbanización fundada hace más de 30 años.
Oscuridad, en las principales calles, mantiene angustiados a los ciudadanos que residen en La Caldera debido a la falta de mantenimiento en el sistema eléctrico.
Mientras que en materia de seguridad, la situación es todavía más preocupante, dadas las pocas medidas de protección ofrecidas en esa zona.
No hay patrullajes policiales, dijo Carla Oropeza, vecina, exhortando a los funcionarios de la Policía, estadal o nacional, para que chequeen la urbanización y eliminen el hampa del lugar.
Aunado a los planes de seguridad, proponen que ejecuten programas educativos y de recreación, entre los adolescentes y jóvenes, con el propósito de ganarlos para el bien.
“Las autoridades deben unirse en un mismo sentimiento: sembrar la paz en las comunidades, sobre todo, en la parroquia Juan de Villegas”.
