El presidente ruso Vladimir Putin ofreció garantías a atletas y aficionados gay que quieran acudir a los Juegos Olímpicos de invierno en Sochi pero defendió su ley contra propaganda gay y sostuvo que Rusia necesita «limpiarse» de homosexualidad si quiere aumentar su tasa de natalidad.
Los comentarios de Putin en una entrevista transmitida el domingo en estaciones rusas y extranjeras mostró la amplia distancia que hay en la manera en cómo se percibe la homosexualidad en Rusia y en Occidente.
Una ley aprobada en Rusia el año pasado que prohíbe la «propaganda de relaciones sexuales no tradicionales» hacia menores ha provocado indignación a nivel internacional.
Putin se negó a responder una pregunta de la BBC acerca de si cree que las personas nacen siendo gays o si desarrollan esa preferencia. La ley rusa sugiere que la información acerca de la homosexualidad puede influir en la orientación sexual del menor.
La ley ha generado un aumento del rechazo hacia los gays en la sociedad rusa; de acuerdo con activistas de derechos humanos, los abusos y acosos a esa comunidad van en aumento.
Las preocupaciones internacionales sobre la forma en que los gays serán tratados en Sochi han sido respondidas con promesas de las autoridades rusas y organizadores de los juegos de que no habrá discriminación.
Putin reafirmó esas promesas.
«No debe haber temores para las personas con orientación no tradicional que planean venir a Sochi como invitados o participantes», señaló en la entrevista.
Dijo que la ley tiene como objetivo prohibir la propaganda de la homosexualidad y pedofilia, sugiriendo que los gays son más propensos a abusar de los menores.