Todos los servicios “son improvisados para no decir robados”, afirmó Mayra Soto, habitante de ese abandonado espacio.
El principal problema que exhiben, es sin duda, vivir en ranchos de lata, barro, bolsas, cartón y palos, donde cualquier material es vital para tapar los efectos del sol y disimular la entrada de la lluvia.
En La Turbina es una utopía una red cloacal, al igual que en toda la zona rural del municipio Palavecino, pese a los ingentes recursos financieros otorgados a la Empresa Noroccidental de Mantenimiento y Obras Hidráulicas C.A, Enmohca, creada por el Gobierno central para la construcción del sistema de aguas servidas.
Soto manifestó que casi todos los ranchos cuentan con un pozo séptico y los que no, acuden a los matorrales de la Quebrada La Marimisa, que atraviesa parte del sector La Turbina.
Sin embargo, las aguas servidas provenientes de las regaderas, lavaplatos, bateas y tanques de agua, corren libremente por canales improvisados con destino al afluente natural ya citado.
Una maraña de cables
La red eléctrica de La Turbina la constituye una maraña de cables de todos los tamaños interconectados desde un poste aledaño.
Adujo Beatriz Alvarado, residenciada en el sector, que en tiempos de precipitaciones, los cortos circuitos están a la orden del día, donde si no se funde el televisor, se quema el motor de la nevera “ y no hay protector que valga porque la deficiencia de electricidad es tal, que no permite el uso de esos dispositivos”.
Agua por manguera
Diana Fernández, vecina de La Turbina, indicó que tienen agua potable por medio de mangueras que se conectaron de forma clandestina a la tubería matriz del Estadio Metropolitano.
-Pero el alcalde Richard Coroba nos visitó y dotó a todas las familias de tanques, además de brindarnos ayuda con respecto a los contratos de arrendamiento, que a su vez nos permitirá acceder a los servicios de forma legal.
Misión esperanza
Pese a que todos los habitantes de La Turbina viven en ranchos deplorables, abrigan la esperanza de obtener una vivienda digna, prometida por la Gran Misión Vivienda y ratificada por el mandatario municipal en visita al lugar, considerado uno de los sectores más abandonados de Palavecino.
fotos: Luis Alberto Perozo Padua