Kerin Margenis Jiménez Alvarado, de 19 años, vio frustrado su sueño de ser enfermera este lunes aproximadamente a las 7:00 de la mañana, cuando recibió un disparo de escopeta 12 milímetros en el pecho, que le quitó la vida, al momento que la despojaron de sus pertenencias personales y el carro de su padre.
Una nueva familia se enluta en el estado Lara. Se trata de los Jiménez Alvarado, oriundos del sector La Escalera, municipio Andrés Eloy Blanco, a unos 40 minutos de Sanare. Este lunes a primera hora, lamentaron el homicidio de Kerin Margenis, quien salió desde su casa junto a su padre Keny Jiménez, a las 6:45 am., como acostumbraban hacer, para vender 20 sacos de la cosecha del café y los robaron, no obstante le dispararon a la dama en el pecho, causándole la muerte.
Desde siempre ese núcleo familiar se ha dedicado a la agricultura de café, la cuarta de cinco hermanos, los ayudaba, pero también quiso cumplir su anhelo de ser enfermera, por lo cual inició sus estudios en la aldea de la Misión Sucre ubicada en Quíbor. Estaba en el cuarto semestre, haciendo pasantías. Este lunes temprano aprovechó la cola con su padre y emprendieron viaje, sin saber que sería el último. Ella buscaría un cuaderno en el hospital mientras él vendería los sacos de café, cada uno valorados en 2.600 bolívares.
Cuando se trasladaban por el sector La Gran Parada, seis sujetos salieron desde de la maleza y, con arma en mano, les dijeron que se detuvieran ya que era un robo, sin embargo, Keny Jiménez, padre de la occisa, quiso acelerar pero como estaban en una subida debió recortar, por lo cual los interceptaron. El hombre descendió de la camioneta Toyota roja, mientras Kerin Margeris se quedó adentro del lado del copiloto, por lo cual uno de los delincuentes le disparó en una oportunidad en el pecho, impactándola con tres cápsulas 12 milímetros de escopeta.
Tras el suceso, los despojaron de sus pertenencias, la bajaron a ella del vehículo, la tiraron en la vía pública y también se llevaron la camioneta. El triste padre, al ver lo ocurrido, se lanzó a abrazar a su hija moribunda, como pudo le avisó a sus familiares, quienes al llegar decidieron levantarla y trasladarla en otra camioneta hasta el hospital de Sanare donde llegó sin signos vitales.
En el centro asistencial uno a uno iban llegando los allegados de la quinta mujer asesinada en lo que va de 2014, todos entristecidos, inmersos en el dolor de pasar por primera vez por esta situación y analizando qué va a pasar con su hija de apenas un año de edad, quien al momento del crimen la cuidaba su abuela.
“Me quiero venir de allá, me da mucho miedo porque han robado mucho. La inseguridad arropó esa zona de Sanare. La semana pasada robaron a dos motorizados”, indicó una de las familiares quien no quiso dar su nombre. Cabe destacar que este domingo en la madrugada, también le dispararon a dos hermanos, quienes resultaron heridos al oponerse al robo de 30 sacos de café.
