La guerrilla marxista de las FARC reanudó este lunes en La Habana las pláticas con el gobierno colombiano con críticas al presidente Juan Manuel Santos, afirmando que sus declaraciones «en nada ayudan» a buscar la paz.
«En nada ayudan esas expresiones (de Santos) en la generación de confianza entre partes contendientes que buscan sacar adelante un proceso de paz», dijo el jefe de la delegación insurgente a la prensa, Iván Márquez.
El dirigente de las FARC respondió así a un discurso de Santos ante militares colombianos, el 26 de noviembre de 2013, en el que afirmó que el proceso es paz en curso ha sido posible gracias al Plan Colombia, lanzado por Estados Unidos en 2000 para luchar contra el narcotráfico.
«Con esta revelación, el propio Santos resuelve la sospecha de que no era éste un plan contra el narcotráfico, sino un plan contrainsurgente concebido para derrotar la creciente inconformidad social», dijo Márquez.
«Pero unos días después, cuando (el diario estadounidense) The Washington Post develó el plan de la CIA para asesinar a dirigentes de la insurgencia colombiana (…) para el país quedó claro que el intervencionismo estadounidense es total y que Colombia es un país ocupado con el consentimiento de unas élites apátridas», agregó Márquez.
El rotativo estadounidense publicó el 22 de diciembre que un programa secreto de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) ayudó al gobierno colombiano a eliminar a varios dirigentes de las FARC en la última década.
La delegación oficial del gobierno colombiano, encabezada por el ex vicepresidente Humberto de la Calle, se abstuvo de formular declaraciones a su llegada al Palacio de las Convenciones de La Habana, lo que es habitual.
Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el gobierno iniciaron así el decimonoveno ciclo de diálogos tras un receso de fin de año de tres semanas.
El diálogo busca poner fin a un conflicto armado de medio siglo.
Ambas partes deben continuar las discusiones del tercer punto de la agenda previa, relativo a drogas ilícitas, una vez acordados los dos primeros: la cuestión agraria y la participación política.
Quedan pendientes el abandono de las armas, reparación de las víctimas del conflicto bélico de medio siglo. Posteriormente deben consensuar el mecanismo de refrendación de los acuerdos.