Con la cercanía de la procesión, miles de feligreses acuden al santuario de Santa Rosa, morada de la Divina Pastora,para verla de cerca, orar bajo la sombra de su manto y expresar su amor.
Cada día, crece la cantidad de visitantes al templo, con ofrendas y flores, agradecimientos a la santa madre y peticiones. Muchos acuden para presentar a sus hijos ante su patrona, otros con lágrimas de emoción y nostalgia se resguardan en silencio frente a la imagen, otros aprovechan su cercanía para tocarla y ofrecer sus oraciones.
Desde muy pequeños, los larenses y en especial los barquisimetanos, aprenden a amar a la Pastora de Almas.
Por estos días, instituciones educativas organizan visitas a la iglesia, donde los niños tienen la oportunidad de ver fuera de su nicho a la Virgen que luego podrán apreciar durante la procesión rodeada de una multitud de creyentes que en hombros la llevan hasta la Catedral de Barquisimeto.
Fátima de Pereira, directora del centro de educación inicial El Principito, comentó que desde hace 17 años tienen como tradición visitar el templo con sus pequeños alumnos, que llegan con la emoción de ver a la Divina Pastora.
También instituciones como el Hogar de Niños Impedidos, aprovechó la mañana de ayer, la oportunidad de llevar a los jóvenes de esta casa a ver a la santa madre, dejando claro que no importa la condición física, económica o social que posean los ciudadanos, todos ante la Virgen son los mismos hijos y encuentran en ella el mismo amor.
Santa Rosa cada día luce más concurrida, no sólo de feligreses sino también de vendedores, quienes ofrecen sus mercancías alusivas a la imagen de la Divina Pastora, ellos al igual que muchos otros, en medio de su trabajo, expresan su fe.
A las misas que se ofician a partir de las 10 de la mañana, la feligresía acude con devoción, a sólo cuatro días de la multitudinaria procesión se preparan religiosamente para emprender el recorrido junto a la Patrona de los barquisimetanos.