Las razones por las que Domingo Ezequiel Rodríguez, de 55 años, tomó la decisión, hasta ahora se desconocen, al igual que el tiempo desde que murió, pero esta mañana, una de sus pequeñas hijas fue a pedirle la bendición y sintió a su padre “muy frío, me lo manifestó y cuando me acerqué me di cuenta que estaba muerto”, comentó Gilma Linárez, con quien tenía 12 años de concubinato el ahora occiso.
Cerca del cadáver quedó tirado un pote de Gramoxone, el cual se presume tomó y por lo que falleció.
Linárez narró que el sábado se fue a visitar a su familia, lo dejó tranquilo y no habían tenido problemas. “Sin embargo, cuando discutíamos decía que se iba a matar pero nunca imaginé que lo haría”.
El hombre trabajaba desde hace ocho años como comerciante atendiendo su bodega al lado de su casa en la avenida principal de Santa Eduviges del barrio Bolívar, donde murió.