“Por mi parte soy optimista: no me parece, que tenga sentido no serlo” Winston Churchill.
El optimismo es un concepto mental, un hábito de pensamiento, que lleva a interpretar y vivir la vida de una cierta manera. Incluso, el que no cree ser optimista, puede entrenarse hacia el optimismo, focalizando sus sueños y objetivos y teniendo el coraje de creer en sí mismos. Todos tenemos sueños. Necesitamos quitarnos el miedo de equivocarnos por actuar.
“La buena noticia es que nuestro cerebro, elabora fragmentos del pasado, para figurarse el futuro. Y si lo pinta mejor de cómo será. ¿Una ilusión?Pero gracias a esta visión naturalmente optimista, el hombre ha evolucionado. Aprendió a transformar sueños en realidades, a mejorar su vida y la de los demás” Neurólogo americano, Tali Sharot.
Todos nacemos optimistas. La propensión al optimismo es parte de la propia naturaleza humana. Después las cosas cambian. El punto de llegada debe ser aquel del optimismo realístico. Todos pueden aprender a analizar el presente con una visión de creencia y esperanza en el futuro, estando seguros que las situaciones se pueden mejorar.
Claro esta, que debemos entender la diferencia entre optimismo y positivismo. Una visión positiva, a veces se reduce a ponerse anteojos de color rosa y ver como bueno inclusive lo que no lo es. Una persona positiva ve el vaso medio lleno. El optimista realista, lo llena, optimiza los procesos, dinamiza la realidad, tiende a envolverse, reacciona. Por supuesto, que no podemos confundirnos con el perfeccionista, que se pone objetivos muy altos e imposibles de alcanzar; que se bloquea.
Existen por lo tanto, maneras de ver el vaso medio lleno:
Todo cambia, nada es permanente. Hasta las fases negativas se pueden acelerar.
Concéntrate sobre cualquier cosa buena: trabajo, salud, afectos, amistad, es difícil que todo sea negativo.
Siempre hay alguien que esta mejor o peor que tú.Compara tu situación con aquel que esta peor, eso te dará alivio.
Aunque, si no eres responsable de aquello que te sucede, se siempre responsable de cómo lo enfrentas. Propón soluciones para mejorar una situación, aunque no la hayas causado tú.
Aprende de tus errores, analízalos con humildad.
Estudia, renueva tus conocimientos, ponte al día, encuentra expertos de quienes puedes aprender y confrontarte.
Entrénate para ser más veloz, preciso, tener menos errores, vence las vivezas y las presunciones.
Deja ya de hablar mal de las personas. No critiques. No te focalices sobre las cosas negativas. Dale énfasis a lo bueno, esto mejora las relaciones.
Determina objetivos y duración. No seas ligero en el deseo de querer estar mejor. Pregúntate: ¿Qué debo hacer? ¿Cómo?
Mantén en equilibrio las aéreas de tu vida, para disfrutarla toda. Si tienes una en la cual sufres, cúrala sin que ataque las otras, aprovéchate de lo bueno que las demás te dan.
Definitivamente, el optimismo es un requisito fundamental en los emprendedores. El emprendedor optimista se concentra, en como optimizar la experiencia del cliente, busca dar productos y servicios, que mejoren la vida de los demás. Va más allá de su ganancia, que también es importante, para buscar un bienestar más amplio. Todos tenemos la idea de mejorar, incluidos por supuesto, nuestros clientes. Es necesario ayudarlos en esto. Los resultados llegarán. El emprendedor optimista, sabe que una crisis fuerte tendrá un renacer y que aquello que nacerá será distinto. Debe aprovechar los momentos difíciles para estudiar las tendencias, ponerse al día, prepararse para aquello que se revelará y ver el futuro. Sobretodo, permanecer conectado con los ambientes que van hacia adelante.
Uno se convierte en optimista, cuidando su propio cuerpo con diferentes actividades tales como deportes, masajes, relax, comida en la justa cantidad y calidad que provocan respuestas hormonales, que inducen al bienestar psicológico. Es importante también, aprender cosas nuevas.
Finalmente, recordemos que es equivocado pensar que todo andará siempre bien, no podemos ser ingenuos. De esta manera nos prepararemos a la desilusión o a la negación de la realidad. Claridad en esto, es ya la mitad de nuestra salvación.
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