Ventana abierta
Para recordar: “El que robaba, no robe más; antes trabaje y haga algo útil con sus propias manos, para tener con que ayudar al necesitado” (Efesios 4:28)
Es posible que varios de nuestros amables lectores, al leer estas palabras estarán pensando en la letra de la Billo’s Caracas Boys. Pero, cuando decimos ¡Feliz Año! ¿Estamos pensando en el Año nuevo y una vida nueva que tenemos por delante?
Sin embargo, si un nuevo ciclo no nos repara cambios y nuevos proyectos, deberíamos revisar nuestro itinerario, hacer una pequeña parada, establecer el orden y las prioridades de las reformas que hemos de hacer cada día o cada año.
El apóstol Pablo, lo dice así: “El que robaba, no robe más…” ¿Será que ese texto señala algo que se vive en el mundo entero? ¿Algunos todavía no se han percatado que hasta una Ley Habilitante fue obligadamente impuesta porque en nuestro país hay demasiada corrupción? ¿La corrupción, el robo es lo único que debemos cambiar?
Según observamos, el verso para recordar nos da el secreto: Está en dejar de hacer lo malo, para hacer lo bueno. Como se trata de la Biblia o Dios, en ese marco (texto y contexto) señala lo que debemos abandonar y esa lista aumenta cuando revisamos nuestro corazón (los riñones y la mente), como lo describe el salmista David (Salmo 26:2).
Hablando del contexto, también debemos dejar: La mentira, el enojo, no darle lugar al diablo, ninguna palabra corrompida, librarnos de toda amargura, ira, gritos, maledicencia y “toda malicia” (Ver Efesios 4:25-31).
No está hablando de hacer las acciones a medias, es un cambio total. Aunque de acuerdo a nuestro texto inicial, da la impresión que el tema estuviera dirigido directamente a los “amigos de lo ajeno”, implica algo más, y presenta soluciones, aún, para ese flagelo: “el que robaba, no robe más” (solución 1) pero “trabaje” (solución 2) y “haga algo útil” con sus propias manos…(solución 3), para “tener con que ayudar al necesitado” (consejo, o solución 4).
El remedio para tener una vida nueva está al alcance de nuestras manos, siempre y cuando nos ajustemos y abracemos los principios de Jesucristo, el Salvador, quién nos dejó su Palabra y su Vida como un legado.
Por ello, los textos estudiados dicen que debemos: …hablar verdad, porque somos una unidad (social); no debemos permitir que el sol se oculte sin haber perdonado a nuestros ofensores o quien nos haya hecho rabiar (tal vez por eso dijo Pablo, “enojaos, pero no pequéis”, quizá lo mencionó por la rabia que les da, a algunos, de morirse o matar a quien le haya hecho daño).
También el apóstol, señala otras virtudes: que salgan de nuestros labios toda palabra para edificar; debemos hacer caso al Espíritu Santo, que de acuerdo a nuestras actitudes somos sellados para el día de la salvación.
Los transcriptores de la Biblia no se equivocaron al titular ese grupo de versículos como la “Alta norma del cristiano”, y no deberíamos “recibir” un Año nuevo con una carga de amargura o de malas acciones, ausentado del perdón como dice el verso 32: “Sed benignos, compasivos unos con otros, perdonándoos unos a otros, como también Dios os perdonó en Cristo”.
Dios espera que cada día y cada año, tengamos una vida nueva. Aunque Él no desea que ninguno peque, es una lucha diaria. Según lo observado en otros versos, lamentablemente acá no se escapa nadie (lea Romanos 3:3,10).
A fin de cuentas Dios es fiel, justo, inmutable, tiene el control en sus manos y cuenta con nosotros. Según el folleto de Escuela Sabática (2.013), IV Trimestre, (miércoles 25 de diciembre), p.153, nos invita a aferrarnos a todas las promesas divinas y, los autores, citan al apóstol Pablo cuando escribió: “si fuéramos infieles, él permanece fiel…” (Timoteo 2:13). Nuestra incredulidad no cambiará la intención de Dios hacia nosotros (de querer salvarnos). Sus promesas permanecen firmes a pesar de nuestras fallas morales”.
En este folleto agregan: “Es fácil desanimarse por causa de nuestros pecados y preguntan: ¿Cómo podemos no renunciar cuando fallamos?” Este es un reto que tenemos, no solo los cristianos, sino toda persona que habita en Venezuela y por qué no, en el mundo entero y sin pensar tanto en la canción, deseamos que sea un hecho: Año nuevo, vida nueva…
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