Nos toca a todo ser viviente, leer la Biblia, confesar a Dios nuestros pecados, orar unos por los otros, tener la plena seguridad que Dios nos protegerá aun cuando nosotros estemos en nuestra propia debilidad. Por tanto os digo: no os preocupéis por vuestra vida ni por vuestro cuerpo, que habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento? Mirad las aves del cielo que no siembran ni ciegan ni juntan en graneros y vuestro padre celestial los alimenta. No valléis vosotros más que ellas. ¿Quién de vosotros por más que se preocupe, podrá añadir un codo más a su estatura? Y por el vestido. ¿Por qué pos preocupáis ¿considerar los lirios de el campo, como crecen sin fatigar ni hilar, sin embargo os digo: Que ni Salomón con toda su gloria se vistió como uno de ellos.
Escúchame pueblo mío. Óyeme nación mía; porque de mi saldrá la ley y mi juicio descubriré para la luz de pueblos. Isaías cap. 51 vers. 4