Reflexiones para avanzar – Sobre la fenomenología

El propósito de la fenomenología, es ocuparse de la conciencia impregnada con todas las modalidades (tonalidades) de vivencias, actos y correlatos de los mismos, es una ciencia de las esencias con la pretensión de llegar a conocimientos esenciales, sin determinar hechos. La esencia, como el ser mediado consigo mismo, es la relación a sí misma sólo en cuanto relación a otro, el cual no es un ente sino una entidad mediata. La esencia, como simple relación a si misma, es el ser, con determinación unilateral de inmediatez, reducido a una apariencia. La esencia, es como un aparecer en sí mismo. La fenomenología, ha reflexionado contra el psicologismo y contra el pragmatismo, en el ámbito de una meditación sobre el conocimiento, “un conocimiento del conocimiento”, y el “poner entre paréntesis”, ha dejado atrás una cultura, retomando todo saber a un no saber radical.
La fenomenología, es la comprensión e interpretación de los fenómenos, es decir, de lo que aparece en la conciencia, explorando sistemáticamente lo dado, la cosa misma en que se piensa, de la que se habla, es decir, de la constitución de la conciencia. Se  busca recuperar al sujeto racional, el cual está detrás de los conocimientos esenciales y que se opone como razón absoluta, desligada de los hechos. La aparición de la esencia, es en ella misma la autorremoción haciéndose inmediatez, la cual como reflexión en sí, es consistencia y subsistencia que se remueve a sí misma. La determinación de la esencia, no es ser sino esencia, así como el aparecer desarrollado es el fenómeno. La esencia, no está más allá del fenómeno, pero la existencia es el fenómeno, así como la esencia es lo que existe. El fundamento del fenómeno, es una cosa que aparece, procediendo así a una infinita mediación de subsistencia a través de la no subsistencia. El ámbito fenomenológico, es una totalidad de interacciones dialécticas, es su relación consigo mismo.
La fenomenología, parece tratar de la representación de la realidad, desde el momento en que exige prescindir del mundo objetivo, develando su esencia (estilo fundamental) de la conciencia del dato anterior a toda tematización científica (intencionalidad). Por la tradicional conciencia que digiere el mundo exterior, la fenomenología revela una conciencia de relación con el mundo. Husserl, depuró la fenomenología del psicologismo e inicio la aprehensión de la “cosa misma” más allá de toda predicación, en una lucha con el lenguaje, contra sí mismo para alcanzar lo originario. Su concepción del hombre, es la restauración del sujeto racional, el cual no puede estar insertado en los hechos, sino en la razón; el ser humano es el ámbito de la razón y de la verdad, de la “subjetividad trascendental”. Si sólo somos “hechos” en el mundo, difícilmente podremos concebirnos como sujetos del mundo, porque la razón no está causada por las circunstancias mundanas. La razón es lo que es por si misma.
La fenomenología, pretende reconstruir un sujeto racional, que sea a la vez sujeto del mundo y objeto en el mundo, tomando en consideración que el mundo es el conjunto de experiencias reales y posibles, pero la vida subjetiva no se deriva de los hechos, sino de las vivencias existenciales. La conciencia del ser humano es intencional, es decir, produce actos cuya característica es el no quedarse en sí mismos sino ir mas allá; por lo tanto, la conciencia intencional es en sus actos conciencia de, permitiendo que se represente a través de la actitud natural y la actitud fenomenológica. La primera, se mantiene en la vida ordinaria (objetiva) y la segunda, es en la que se interrumpe para fijarse en la experiencia de las cosas en un tiempo subjetivo. La fenomenología propone que se pase de la actitud natural a la actitud fenomenológica, describiendo los fenómenos de la conciencia, sus intencionalidades, y para conseguir y garantizar que así sea, tienen que darse la “epojé” y la reducción “eidética”.