Para recordar: «¿Dónde está el Rey de los judíos, que ha nacido? Porque hemos visto su estrella en el oriente, y hemos venido a adorarlo” Mateo 2:2
En casi todo el mundo, cada 25 de diciembre se celebra el más grande suceso que haya ocurrido en este planeta: El nacimiento de Jesús. Debemos decir que nos alegra muchísimo, pero lamentablemente no compartimos que haya nacido en una época invernal, por la adversidad que trae dicha Estación. Con todo eso celebramos que nació el Salvador.
Según la Biblia, la señal que se le dio a los pastores era que encontrarían al niño envuelto en pañales (Lucas 2:12). Por ello creemos que la época para nacer Jesús debió haber sido algo más cálida como: primavera, verano e incluimos el otoño. En fin, lo importante es que el mundo, en general, acepta que nació el Salvador.
De todas maneras, hay otros hechos que amparan nuestra posición y según el relato de Lucas 2, prestemos atención a lo siguiente: 1) Estaban los pastores en el campo cuidando sus rebaños ¿en pleno el frío? 2) El ángel del Señor que les dio la noticia, del nacimiento de un “Salvador que es Cristo, el Señor” les dijo que lo encontrarían “envuelto en pañales y en un pesebre” (en un establo) ¿en invierno?
Según Lucas 2:14, dice que fueron numeroso los ángeles que cantaron frente a los pastores: “Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, entre los hombres de buena voluntad” Entonces ¿Qué era la estrella de Belén que vieron los magos?
Antes de ahondar esa pregunta, debemos señalar que algunos científicos, contrarios a la fe cristiana, han tratado de comprobar que la estrella de Belén, por ejemplo, era un gran cometa que pasaba cerca de la tierra. Lamentablemente, estas aseveraciones hacen más mal que bien y alejan a las personas de nuestro Salvador. Al contrario, dicha estrella, más bien acercó tanto a los pastores, como a los “magos” o sabios, al Hijo de Dios.
En Mateo 2:1-12 se señala: “Después que Jesús nació en Belén de Judea, en días del rey Herodes, unos magos llegaron del oriente a Jerusalén, y preguntaron: “¿Dónde está el Rey de los judíos, que ha nacido? Porque hemos visto su estrella en el oriente, y hemos venido a adorarlo”. Al oír esto, el rey Herodes se turbó, y toda Jerusalén con él. Y convocó a todos los principales sacerdotes y a los escribas del pueblo, y les preguntó dónde había de nacer el Cristo. Ellos le dijeron: “En Belén de Judea, porque así está escrito por el profeta: “Tú, Belén de Judá, de ningún modo eres la menor entre los príncipes de Judá, porque de ti saldrá un guiador, que apacentará a mi pueblo Israel” (ver Miqueas 5:2).
Los pastores y los magos, buscaron y encontraron al hijo de Dios. Y, en este tiempo, ¿Será que estamos indagando, con ahínco, conocer más sobre el Segundo regreso del Salvador?
A nuestro favor, los ángeles han jugado un papel importante a lo largo de la historia de ésta humanidad. En una ocasión, Jacob soñó con: “…una escalera apoyada en la tierra”, y el otro extremo tocaba el cielo. “Y (vio) ángeles de Dios que subían y descendían por ella. Y cuando despertó estaba frente a Jesús (contra quién peleó, más tarde) y aquel lugar fue llamado “casa de Dios y puerta del cielo” (ver Génesis 28:10-17; 32:25).
Por su parte, E. de White señala que: “Esta luz (la estrella) estaba formada por un grupo distante de ángeles resplandecientes que daban la apariencia de una estrella luminosa. Les llamó la atención ‘a los magos’ el aspecto de esa gran estrella brillante que nunca habían visto antes ‘y la vieron como’ una señal. No tuvieron el privilegio de escuchar la proclamación que los ángeles hicieron a los pastores. Pero el Espíritu de Dios los indujo a buscar al Visitante celestial que había venido a este mundo caído” (Exaltad a Jesús, p.24).
Por todo lo anterior, nos alegra en forma especial que Jesús haya nacido en la tierra, aunque tampoco compartimos la desenfrenada celebración, gastos, glotonería y parrandas sin sentido, dejando a un lado que Cristo viene por Segunda vez.
Pidamos a ese mismo Jesús, a los ángeles, al Espíritu Santo que nos ayuden a comprender y prepararnos para el pronto regreso de nuestro Salvador y obtener el privilegio, por gracia, fe y obras, ir a la Patria celestial.
www.ventanabiertalmundo.jimdo.com